Esta sentencia inédita a nivel mundial Oyarbide afirma que los asesinatos de un millón y medio de armenios durante la Primera Guerra Mundial y años inmediatos, constituyeron un delito de lesa humanidad. El fallo tiene entidad de *“sentencia definitiva”* y se fundamenta en la documentación que consta en el *“Juicio por la Verdad”* tramitado en Argentina en los últimos diez años.

Esta es la primera vez que en el mundo se aplica el concepto de jurisdicción universal para este hecho, considerado por muchos analistas internacionales como *“el primer exterminio sistemático moderno”*. La misma palabra *“genocidio”* fue acuñada por Rafael Lemkin para nombrar estas masivas matanzas de armenios que se recuerdan el 24 de abril de cada año.

El magistrado explicó que en su investigación *“tuvo en cuenta no sólo el testimonio de sobrevivientes y familiares de las víctimas, sino además pruebas documentales que requirió a distintos países como Alemania y la Santa Sede quienes contestaron los reclamos poniendo a disposición sus archivos históricos y políticos”*. También se valoró *“la subsistencia en el orden institucional, de la continua y pertinaz acción de la comunidad Armenia diseminada por todo el mundo”*.

La resolución fue leída el viernes 1 por el propio Oyarbide quien, en una audiencia realizada ante representantes de la colectividad armenia, estuvo al borde del llanto a medida que brindaba detalles del *“genocidio”*.

El genocidio es considerado delito de lesa humanidad y su imprescriptibilidad se encuentra regulada por la *“Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad”* del 26 de noviembre de 1968.

El valor de este pronunciamiento es que la condena permitirá a los demandantes usar este antecedente con valor de sentencia ante otros foros internacionales u organismos como las Naciones Unidas con el valor de *“cosa juzgada”*.

Los 24 de abril de cada año, los humanistas hemos abordado el horrendo drama que padeció el pueblo armenio en términos similares a los que utiliza esta sentencia de Norberto Oyarbide. Nos sentimos orgullosos por ello y satisfechos de que los familiares de las víctimas tengan este reconocimiento a su demanda de justicia.