En esta localidad cercana a Buenos Aires se sufre el impacto de la descarga de residuos radioactivos al subsuelo, efectuada en el pasado por el Centro Atómico de Ezeiza.

El doctor Stiglitz explicó los efectos que puede tener una contaminación radioactiva para los seres vivos.

*“Cada célula de un organismo tiene toda la información respecto al presente y el futuro de ese ser,”* comenta, *“esa información está guardada en el núcleo y es el ADN el que la mantiene. El ADN está compuesto por distintos ácidos nucleicos que se encuentran en una posición determinada. Si por cualquier circunstancia esa secuencia se altera, se altera la información. Es decir, alguien que iba a tener ojos verdes podrá tenerlos de otro color. El átomo, al impactar en la célula, altera la secuencia de los ácidos nucleicos. En ese caso, una cavidad cardíaca, por ejemplo, que tenía que cerrarse a través de la evolución durante la gestación, no se cierra y tenemos una cardiopatía congénita. Un cerebro que debía haber crecido de una manera determinada, no crece y tenemos una alteración cerebral. O podemos tener una alteración del conducto raquídeo que provoque con el tiempo trastornos neurológicos irreversibles. Estos son algunos posibles efectos a largo plazo. En caso de fuerte exposición directa, puede ser fulminante a través de hemorragias generalizadas”*.

**Tiempo de exposición para que se produzcan mutaciones**

*“Los efectos del átomo sobre las células son instantáneos”* nos dice el dr. Sriglitz, *“el ser humano puede estar condenado al cáncer fatalmente sólo con una exposición de muy corto plazo”*.

**Efectos de la nube radioactiva si llegara hasta las costas americanas**

Si bien confiesa que no es su campo, el doctor Stiglitz considera que si el viento llevara la nube radioactiva hasta las costas americanas, probablemente su impacto sería escaso porque se habría diluido en el espacio de tiempo y la distancia. *“Donde los impactos serán muy nocivos es en Japón, y es una cosa de locos que después de Hiroshima, ese país base su industria y su vida en la energía nuclear”*. Y eso sirve a argentinos, brasileños y latinoamericanos en general, que creen que este tipo de energía es la panacea, que están locos. Debe haber intereses creados, o mejor dicho seguramente los hay, de verdaderas burocracias que viven de este tipo de energía. Por eso nos engañan y nos dicen, porque el científico se vende muy fácil, que no hay riesgos, o que el riesgo es cero o uno. Y la verdad es que el riesgo es permanente y muy grande. Y quien haya tenido un canceroso a la vista, sabe que con el cáncer no se juega. Porque la alteración de la calidad de vida no se paga con ningún ahorro de combustible”.