Al mismo tiempo ha desmentido que haya demandado al Estado por 84 millones de pesos, tal y como publicaron los medios de difusión.

Córdoba ha responsabilizado de estos rumores al procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez. La ex senadora ha señalado que en la campaña de desprestigio en su contra se ha dicho cualquier cosa sin probar ninguna: que tiene un departamento costoso en Barcelona, otro en Bogotá, que se maneja con *“una tarjeta de Chávez”*, etcétera y, por supuesto -este es el cargo principal- que es una terrorista encubierta de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

*“Estoy tan molesta que no sería honesto decirles que seguiré trabajando por la paz del país”*, ha declarado a la emisora de radio colombiana RCN. La presión psicológica que ha sufrido Piedad por creer en la posibilidad de una salida política a la situación de violencia que vive Colombia y luchar por un Acuerdo Humanitario que permita la liberación de presos de ambos bandos, ha sido un calvario. Ella lo expresó así, en octubre de 2010: *“Soy la persona más amenazada de Colombia”*.

Su trabajo humanitario comenzó en julio de 2007. Su acción fue pedida por escrito por el entonces presidente Uribe y ella reportaba, al Comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, informes precisos sobre lo que estaba haciendo. Fue así hasta 2010. Si continuó mediando después de su destitución fue por el convencimiento de que salvaba vidas. Los liberados por las FARC con la mediación de Piedad Córdoba alcanzaron el número de 20, entre políticos y uniformados que han sido puestos en libertad en diferentes operativos humanitarios.

Córdoba, que fue postulada -lo reveló su promotor Adolfo Pérez Esquivel- para el Premio Nobel en 2009 -lo ganó Barack Obama- cuenta: *“he sufrido toda clase de persecuciones y casi tengo la casa por cárcel porque ya no puedo ir a ninguna parte. Mis hijos y mi familia también han sufrido intimidaciones y ataques. Hemos pagado un costo muy caro. Pero que quede bien claro: a pesar de todo, no voy a cambiar de opinión, porque cada vez es más evidente para mí que aquí hay que escoger entre la democracia y la guerra. Yo tomé conscientemente el camino de la paz, que es el mismo de la democracia. Esas son mis convicciones y no las voy a cambiar por conveniencia o por quitarme problemas de encima”*.

En Colombia, desde hace tiempo pero sobre todo a partir del Presidente Uribe, la disidencia ideológica se ha convertido en delito. La asistencia militar y financiera de los EE.UU. estimuló la búsqueda de resultados a cualquier precio y se produjeron casos como *“los falsos positivos”*: jóvenes inocentes que fueron asesinados por el ejército para simular muertes en enfrentamientos que eran premiadas con dinero. En ese contexto la acción de esta mujer resulta insoportable para los dueños del poder.

En declaraciones que han recorrido el mundo, Córdoba plantea el problema en estos términos: *“Las FARC ejecutan acciones que, dentro del Derecho Internacional Humanitario, configuran actos de terrorismo, como el secuestro. Pero hay que admitir que también se viola el DIH cuando agentes del Gobierno desaparecen personas o las ejecutan extrajudicialmente, como ocurrió con los falsos positivos. A mí me preocupa la aplicación estricta del DIH en todos los casos. Y eso no me lo reconocen. Por ejemplo, nadie se pregunta por qué voy tan frecuentemente a Estados Unidos.”*

Piedad sostiene que no se arrepiente de lo que ha hecho y de lo que ha dicho; *”tampoco me canso”,* agrega, *“aunque he pagado muy duro en materia de tranquilidad y libertad”*.

En 2007 el *“Nuevo Siglo”* la nombró Mujer del Año, mientras que el periódico *“El Espectador”* la catalogó como uno de los *“Personajes del Año 2007″*, y fue postulada ese mismo año para la Presidencia de la República. Por cierto tiene el reconocimiento internacional de diversos sectores.

Vivir en constante riesgo y ser una perseguida política está certificado por el mismo gobierno y se han presentado a la justicia documentos que prueban que se había ordenado *“desprestigiarla, restarle credibilidad, hostigarla”*. Pero no piensa abandonar Colombia y afirma que no se *“va a resignar a la guerra como destino inevitable del país”*.

No obstante que Piedad suspende la labor desarrollada hasta ahora porque no hay condiciones mínimas para seguir, sus acciones la han convertido ya en un ejemplo de fortaleza y humanismo.