Pero el proyecto de explotación a cielo abierto en un páramo donde nacen corrientes de agua que surten a las provincias de Santander y Norte de Santander es objetado por motivos ambientales, lo que llevó a Greystar a retirar la petición de licencia que había solicitado ante el gobierno.

«Creo que han tomado una determinación muy sensata: retirar la solicitud de licencia ambiental y de licencia técnica», dijo este viernes el ministro de Minas y Energía Carlos Rodado, al indicar que hace unos días se reunió en Canadá con directivos y accionistas de Greystar para explicarles que el proyecto era inviable.

«Como había sido planteado, el proyecto no tenía ninguna posibilidad de ser aprobado», aseguró Rodado.

En tanto, Greystar dijo que sigue pensando en el proyecto pero que es preciso modificarlo. «Estamos comprometidos con el desarrollo del proyecto, pero reconocemos que es necesario reconfigurarlo, por lo tanto continuaremos realizando los estudios de factibilidad de un proyecto alternativo», afirmó en un comunicado el viernes.

El ministro de Minas ya había declarado previamente que era «muy dificíl» que un proyecto de gran escala como el planteado por Greystar se pudiese realizar en Santurbán, debido a la fragilidad de su ecosistema.

Sin embargo, Rodado no cerró la puerta al proyecto y dijo que «se puede hacer desde la parte baja, minería subterránea con las mejores especificaciones sin necesidad de causar daños a los ecosistemas».

Greystar ha realizado trabajos de exploración en la zona de Santurbán desde 2002. Su proyecto contemplaba el uso de cianuro en las pilas lixiviación, lo que causaba temor de que se contaminaran las aguas del lugar.

En Santurbán se realiza minería artesanal de oro desde hace cientos de años. La explotació industrial de esa mina colocaría a Colombia en los primeros puestos de la región de explotación de oro, después de Perú (170 toneladas en 2010), México (90) y Brasil (65).

El anuncio de que Greystar desistió del proyecto fue celebrado por dirigentes políticos, organizaciones ecologistas y la Federación de Comerciantes de Santander, que se habían movilizado en contra.

En 2010 entró en vigencia una ley en Colombia que prohíbe la explotación minera en páramos, humedales o parques naturales, a efectos de preservarlos.