La Comunidad por el Desarrollo Humano repudia de forma enérgica la represión de manifestantes tanto en Libia como en Bahrein y se opone a la utilización de la violencia en todas sus formas.

Los pueblos árabes están alzando sus voces y le dicen al mundo y a sus gobiernos que el cambio es urgente, que no están dispuestos a seguir sojuzgados y que no van a tolerar más opresión ni hostigamiento.

Las nuevas generaciones están expresando la necesidad de terminar con un pasado sangriento y dictatorial para reemplazar ese modelo por uno nuevo, democrático, de igualdad de oportunidades, de justicia social que combata la corrupción y todas las formas de violencia, esta sea económica, religiosa, de género o racial.

La Comunidad alienta y anima a todas las organizaciones, gobiernos, personalidades y a todas las personas de buen corazón a manifestar abiertamente su apoyo a las reivindicaciones legítimas de los pueblos y el rechazo absoluto a la violencia.

Hoy más que nunca debemos utilizar la fuerza de la no violencia para extender y fortalecer las revueltas y dar un giro a estas situaciones injustas e inmorales a las que tienen sometidas a las poblaciones de África y Medio Oriente. La conducta sostenida, valiente y unificada ha permitido provocar rupturas de gobiernos arcaicos como el de Túnez, Egipto, Yemen o Jordania.

Ese es el camino de los pueblos con grandes aspiraciones, conducidos por la no violencia activa.

La Comunidad para el Desarrollo Humano agradece a los manifestantes de los países árabes por mostrar al mundo que el cambio no violento es posible y que la unión es una fuerza incontenible. Un gran aprendizaje para el resto del planeta.