El documento recoge duras críticas a la ONU y la Unión Europea por su política de mano blanda con regímenes opresores. La organización acusa de cobardes a algunos países europeos y cuestiona al secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, por privilegiar el diálogo a la mano dura en el caso de gobiernos claramente violadores de los derechos humanos y las libertades civiles.

Según el portavoz para Europa de la organización, Reed Brody, el uso del diálogo y la cooperación en lugar de la presión ha cobrado mucha popularidad, siendo una salida muy fácil porque no tiene costo político para nadie: “todo el mundo está muy cómodo diciendo: bueno estamos dialogando con los chinos, estamos dialogando con Israel, etc, en lugar de exigir mejoras en la situación de todos los derechos humanos, y ese diálogo cuando no está ligado a criterios muy claros, no arroja resultados que se traduzcan en un cambio para los pueblos”, apunta Brody, quien además hace hincapié en la cobardía universal frente a la falta de libertades y la violación de derechos humanos en China.

**Responsabilidad de los países emergentes**
Para HRW es también decepcionante ver como las principales democracias de los países emergentes como India, Brasil y Sudáfrica, cuyo papel político es cada vez más importante en la escena internacional, han preferido hacer la vista gorda con respecto a la violación de los derechos humanos. No solo son tímidos a la hora de ejercer presión sino que casi siempre, dice el portavoz, se oponen a iniciativas que velan por la defensa de los derechos humanos y no se solidarizan con los pueblos que luchan por las libertades que sus ciudadanos ya han conquistado.

**Lunares negros en América Latina**
En su informe anual, la organización reprueba en diferente medida la situación de derechos humanos en Latinoamérica. Llama la atención sobre lo que está pasando en Haití a un año del sismo que arrasó al país, no solo físicamente sino a nivel institucional, dejando al Estado sin la capacidad de proteger a buena parte de su población. La violencia sexual que antes del terremoto ya era preocupante, según HRW, se ha disparado como consecuencia de la precaria seguridad en los campamentos de refugiados, en donde aún se encuentran centenares de miles de personas. A lo anterior, se suma la falta de defensores de derechos humanos, tras la muerte de tres prominentes activistas, quienes murieron en la tragedia.

Los otros países mencionados en el informe por una precaria situación de derechos humanos son Cuba y Venezuela. Acerca de este último, a la organización le preocupa lo siguiente: “la dominación por parte del gobierno venezolano del poder judicial y el debilitamiento de los controles y equilibrios democráticos”. Finalmente, HRW afirma que todos los grupos armados ilegales en Colombia continuaron sembrando terror y violencia en el 2010.