Como si tal cosa fuera poco, también estamos iniciando una etapa de gran descentralización y autonomía general que alcanza a los Parques, a los organismos del Movimiento Humanista entre sí y dentro de cada uno de ellos, a las comunidades de El Mensaje de Silo, etc.
Cada ámbito está implementando esa descentralización y autonomía con las características que le son propias.

Tanto en conjunto como individualmente, estamos en situación de sentar las *“condiciones de origen”*, o sea la condición de partida de ese largo proceso marcado por la ausencia física de Silo. Esas *“condiciones de origen”*, como tales, condicionarán el desarrollo posterior de todo proceso. Esto tendrá diferentes consecuencias, tanto individualmente como para el conjunto al que pertenecemos.

Frente a esta situación se pueden tomar distintas actitudes o posiciones. Estamos como siempre frente a la libertad de opción entre condiciones. Sabemos que elegir es por cierto ineludible, y que incluso el no asumir activamente la elección es también elegir.

La amplitud de tratamiento de esta charla (por cierto breve y no exhaustiva) no incluye temas específicos de organización conjunta, como son las actividades, las formas organizativas, etc. El objeto de esta charlita es la situación psicológica individual de cada uno de nosotros puestos en esta situación, e intentar aportar algo que pueda ser de ayuda. O sea, me interesan las *“condiciones de origen”* psicológicas, o bien, si se quiere, la dirección mental de aquí en más. Si esta es correcta, todo error de paso será subsanable y fuente de enseñanza. Si no lo es, será muy difícil advertir los errores y más aun subsanarlos. En términos simples, como decía
en tono coloquial Silo: *“Hay que poner bien la cabeza”*.

Personalmente me encuentro inmerso en ese proceso de reflexión, y quisiera compartir con ustedes algunos de los puntos que estoy teniendo en cuenta. No pretendo agotar el tema, ni que necesariamente se adopte lo que aquí planteo como modelo; sino más bien abrirlo y hacerlo público, para que quien lo necesite lo tenga en cuenta. Deseo más bien promover estas o similares reflexiones.

Creo que cabe una instancia de reflexión, sin perjuicio de las actividades que estemos desarrollando: ¿cuál sería la mejor forma de pensar, sentir y actuar frente a esta nueva situación? ¿Cómo aprovechar esta nueva situación para el bien del conjunto y de uno mismo? ¿Cómo darle a esta un sentido ascendente? ¿Cómo identificar y dejar atrás lo que ya no nos sirve, al tiempo que reforzamos lo que nos servirá en la nueva etapa? ¿Cuál es el *‘palo mayor’* de mi nave al que me ataré – como Ulises – en momentos de zozobra, de confusión y desorientación? Y otras tantas preguntas similares que nos resulten oportunas.

Reflexiono, y me digo a mi mismo cosas tales como estas: Desaparece su prótesis individual, su cuerpo, pero ahora su nueva prótesis renacida y ampliada es todo el conjunto de quienes animamos las distintas partes de su Gran Obra. Es decir, su prótesis se manifiesta ahora de manera ampliada y potenciada en un gran cuerpo diseminado en todas las latitudes del mundo, y toma las formas más diversas de razas, culturas, géneros, costumbres, virtudes,
capacidades, etc.
Silo se manifiesta ahora a través de este *»pueblo psíquico»*, como él lo llamó, precursor de la Nación Humana Universal. Silo sigue más presente que nunca, renovándose y aumentando su presencia a través de la Escuela, las comunidades de *»El Mensaje de Silo»*, el Movimiento Humanista y cada uno de sus organismos. Y el sillar físico común a todo ello, su centro de gravedad, es el conjunto de Parques de Estudio y Reflexión, o, si se quiere, el Parque de cada
uno de nosotros. Aquí es donde se sentirá la presencia de Silo, como Guía Espiritual, más fuerte que nunca.
Silo no ha desaparecido, sino que como Guía Espiritual está más presente que nunca en nuestros corazones. Silo sólo ha cambiado forma y manifestación. Como bien se dice en la Ceremonia de Muerte, esa presencia viva suya crecerá sin límites cuanto más crezca su Obra, que es también (hoy más que nunca) nuestra Obra. Y Silo estará más presente aun, cuanto más humanicemos la tierra.
Su carácter de Guía Espiritual, lejos de desdibujarse o evanescerse con la desaparición de su cuerpo, se agiganta aun más. El Mito ya ha nacido y sigue creciendo.

Por sí solo, nadie individualmente podrá jamás reemplazar a Silo y las funciones que él cumplía para nuestro conjunto. Nadie concentra en sí mismo las cualidades que él reunía.
No sólo no es posible este reemplazo, sino que creo que no nos conviene. Sería como dar
un paso atrás en nuestro proceso creciente, y no hacia adelante. Y consciente de ello, él delega en todos nosotros sin exclusión la misión de ampliar y llevar su legado a las nuevas etapas de su desarrollo. Su desaparición física acelera aun más ese proceso de delegación de funciones que él mismo había iniciado hace ya mucho tiempo. A esto le corresponderá un conjunto descentralizado (y por lo tanto menos vulnerable), flexible y no rígido, diversificado
y no uniforme, pero convergente. No obstante todo lo diversificado que sea, todo llevará los códigos de lo nuestro. En suma, un conjunto aun más rico, más inteligente, más fuerte, etc.

Lejos de abatirnos, esta nueva misión nos incentiva, nos entusiasma, nos ofrece una posibilidad más de recambiar todo lo grande y bueno que él nos regaló. Es hora de plasmar el *“¡Gracias Silo!”* en acciones.

Toca a cada uno de nosotros decidir ahora si acompañar este salto de calidad en nuestro proceso, o quedar apegados al pasado.
Toca ahora a cada uno de nosotros decidir transformar este aparente absurdo de su muerte, en un refuerzo del Propósito y del Sentido que nos anima.
Así como sugiere el Epilogo del trabajo de Auto-conocimiento1, si la propia reflexión no nos bastara para decidirnos por el cambio, será *“el imperio de las circunstancias”* que nos pondrá en la ineludible situación de hacerlo.

Veamos algunas citas que nos den aun más contexto. En términos similares nos instó Silo, con sus palabras finales desde Punta de Vacas, el 4 de mayo de 1999, cuando anunció la nueva espiritualidad naciente y nos instó a asumirla en nuestras vidas.

*“Pero los triunfadores de hoy no tienen asegurado el futuro porque una nueva espiritualidad comienza a expresarse en todo el mundo:…” “Si hoy tenemos que declarar nuestro fracaso, también tenemos que anunciar a una nueva civilización que está naciendo, la primera civilización planetaria de la historia humana. Y, por tanto,
aquellas crisis que sobrevienen y aún sobrevendrán en un futuro próximo servirán, no obstante su infortunio, a superar esta última etapa de la prehistoria humana… y cada cual sabrá si decide o no acompañar este cambio y cada cual comprenderá si busca o no una renovación profunda en su propia vida.”*

En la Carta de Mario a Kurt, Mendoza, 21 de agosto de 1977, Silo anuncia el cierre de la Escuela que tendría lugar el 1o de marzo del 1978 y la formación de la Orden dentro de la Escuela. En dicha carta hay aspectos esenciales que, no obstante el paso del tiempo y el
cambio de circunstancias, a mi ver siguen siendo vigentes.

*“… Las explicaciones sobre Doctrina, con todos sus temas difíciles, se seguirán dando hasta el 1o de Marzo de 1978.
El 1o de Marzo de 1978 se cerrará la Escuela, creo que por varios años. Es decir, que desde ahora en adelante pospondremos a cualificar a la gente nueva para que domine todos los temas doctrinarios y para que aquellos que estén en condiciones, se
puedan postular ese 1o de Marzo. La entrada será sin límite de cupo alguna, pudiendo postularse también todos aquellos que se postergaron en el cierre anterior.
Ahora bien, entre tanto, pondremos en marcha una Orden dentro de la Escuela. Esta Orden, básicamente será formada con todos aquellos que registren ese sentimiento religioso, del cual se ha hablado en algunas ocasiones. Por supuesto que aceptaremos en ella únicamente a gente de Escuela (ya que ideológicamente está esclarecida como
para no caer en un misticismo absurdo o ignorante). Pero de ese conjunto de Escuela, podrán participar sólo los *“duros”*. Entendemos por “duros”, a aquellos que han cumplido con lo que prometieron al cierre de la Escuela el año pasado. Es decir,
aquellos que empujaron, sea formando grupos, produciendo material, ayudando en contactos, esclareciendo, reproduciendo, cumpliendo con las campañas financieras y, en general, aquellos que no pusieron dificultades sino que positivizaron el proceso.
No aceptaremos en la Orden, a quienes fallan en esos puntos.3 No aceptaremos a los que, en general, confunden los valores primarios con los secundarios. De todas maneras, con ellos no habrá problemas en la Escuela, pero con respecto a la Orden será distinto, ya que estará formada por mujeres y hombres capaces de cambiar no
sólo su destino personal, sino el destino de la humanidad.
Necesitamos espíritus amplios y generosos. Espíritus tenaces aún cuando el mundo caiga a pedazos en su derredor. Gentes con un gran espíritu religioso que les permita sentir a su tarea dentro de un proceso mayor trascendente a la individualidad pequeña, vacilante y mezquina.
Necesitamos místicos en el mejor sentido de la palabra.
A partir del cierre del 1o de marzo del 78, ya no explicaremos más Doctrina, ni temas difíciles porque ya existirá entre nosotros una minoría fuerte e ideológicamente esclarecida. A partir de esa fecha, las cosas serán más fáciles, porque se tratará de convertir a los paganos a una nueva fe (no a una nueva idea), a nuevos Principios
morales, a una nueva forma de vida.
El mundo comienza a tambalearse en estos momentos y no nos queda mucho tiempo para lanzar nuestro mensaje. Y nuestro mensaje habrá de ser simple, verdadero y espiritual… sobre todo espiritual.
Querido Kurt: quisiéramos darte una misión de importancia que abarcará a varios países y que estará relacionada directamente con la Orden.
En la Fiesta Estacional del 21 de Setiembre, nos reuniremos en Mendoza con unos pocos de todos los continentes. Vendrá alguien del Asia y de Europa y de otros puntos. Seremos muy pocos: tal vez cinco o seis, pero suficientes para poner en marcha la Orden en todo el mundo.
Desde ya te prevengo que tal medida no es simpática para quienes no quieren hacer las cosas seriamente. Pues bien, debe quedar en claro que aunque estallen áreas enteras y se desorienten cientos de personas, si obtenemos unos pocos capaces de entender y llevar adelante todo esto, nuestro trabajo de catorce años habrá rendido
sus frutos. Habremos logrado el material humano adecuado para tan gigantesca empresa. Ninguna cosa nos importa ya en el mundo, sino la de llevar adelante nuestra misión.
Recibe un gran abrazo y contesta rápidamente con respecto a tu llegada el 21 de Setiembre.
Mario
P.D.: Pide, por favor, a los más “duros” que te empujen económicamente, ya que tu regreso será tocando Perú, Colombia, Venezuela, México y todas las áreas de U.S.A.”*

Fijémonos cómo, al hablar de la composición de la Orden dentro de la Escuela, nos está dando algunas de las características que, no obstante el paso del tiempo, aún hoy siguen vigentes. Pero, sobre todo, trasunta el espíritu que debiera animar a quienes deseemos dar lo mejor de nosotros para nuestra Obra.

Creo que el tema formativo de *“El Libro de La Comunidad”*, *“El Cambio y la Crisis”* también se puede releer con provecho a la luz de nuestra propia situación en estos momentos.

En 1990, a instancias de Silo, algunos trabajamos lo que entonces se llamó “El Jubileo”. Esto nos proponía Silo, anunciando el cambio de mundo en ciernes y la necesidad de adaptarnos a este cambio de manera creciente. Les reproduzco una parte de los apuntes de entonces:

*“También tenemos que considerar que tenemos condiciones de origen. Ojalá podamos modificar algunas sin producir cambios bruscos, sino sobre la marcha.
Esto de la condición de origen vale para el Movimiento, las líneas y el individuo.
Hay condiciones de origen, que no son eficaces para lanzar procesos nuevos. Por ejemplo, ciertas adhesiones mentales de épocas pasadas.
¿Por qué no nos ponemos de acuerdo de desligarnos de una cantidad de cosas que nos tienen atrapados y que tienen que ver con la estructura?
Se establecen a veces relaciones discordantes que no nos convienen para iniciar procesos limpios a futuro.
Estas cosas no se arreglan con abrazos, ya que hay que arreglarla en mi cabeza.
Estamos proponiendo una especie de «jubileo sicológico».
No hablamos del olvido, sino de otra cosa. De hoy en más todo lo que pasó, pasó. No nos conviene quedar pegados, perdemos operatividad.
Esto no se arregla diciendo “¡qué amigos que somos!”. Esto se arregla con el otro, dentro de uno mismo.
Así podemos lanzar un proceso con algunas condiciones de origen cambiadas.”*

El *“Epilogo”* de Autoliberación es un material muy útil para estas circunstancias, sobre todo si lo realizamos teniendo en cuenta nuestro *“paisaje de formación”* dentro de nuestra tarea conjunta, nuestros primeros tiempos de participación. Allí están los valores vigentes del momento, la sensibilidad, las prioridades, los estilos, etc. Hacia el 1991, este también nos instaba: *“Estudie pues, el «arrastre» de aquellas épocas en materia de acción y
de «sensibilidad»*.

Muy probablemente necesitemos reconciliarnos con hechos y personas, no sólo del pasado, sino también del futuro imaginado; no sólo con otros, sino también con nosotros mismos.
A tal fin, considero muy especialmente las palabras de Silo a propósito de la reconciliación durante las Jornadas de Inspiración Espiritual (3, 4 y 5 de mayo, 2007), en Punta de Vacas.
Como ejemplo, recordemos juntos solamente unas pocas frases:

*“Si es que buscamos la reconciliación sincera con nosotros mismos y con aquellos que nos han herido intensamente es porque queremos una transformación profunda de nuestra vida. Una transformación que nos saque del resentimiento en el que, en definitiva, nadie se reconcilia con nadie y ni siquiera consigo mismo. Cuando
llegamos a comprender que en nuestro interior no habita un enemigo sino un ser lleno de esperanzas y fracasos, un ser en el que vemos en corta sucesión de imágenes, momentos hermosos de plenitud y momentos de frustración y resentimiento.
Cuando llegamos a comprender que nuestro enemigo es un ser que también vivió con esperanzas y fracasos, un ser en el que hubo hermosos momentos de plenitud y momentos de frustración y resentimiento, estaremos poniendo una mirada humanizadora sobre la piel de la monstruosidad.”*

*“Este camino hacia la reconciliación no surge espontáneamente, del mismo modo que no surge espontáneamente el camino hacia la no violencia. Porque ambos requieren de una gran comprensión y de la formación de una repugnancia física por la violencia.”*

*“No seremos nosotros quienes juzgaremos los errores, propios o ajenos, para eso estará la retribución humana y la justicia humana y será la altura de los tiempos la que ejercerá su dominio, porque yo no quiero juzgarme ni juzgar… quiero comprender en profundidad para limpiar mi mente de todo resentimiento.”*

Existen muchas preguntas que me puedo hacer para llevar a cabo un examen de mi dirección mental en la nueva etapa. Por ejemplo, *“¿Mis acciones tienen en otros mi blanco de libertad? ¿Mis acciones terminan en otros o en mí? ¿Qué tanto pongo al interés del conjunto como primario? ¿Trato de ampliar mi cabeza para entender lo conjunto, o bien reduzco lo conjunto para que se adapte a las dimensiones de mi cabeza? ¿Acepto o ejerzo manipulación?
¿Realmente valoro el aporte de los demás o sólo el mío?»* Y muchas otras similares.

*“El Camino”* del libro *“El Mensaje de Silo”* contiene frases muy aptas para un examen interno y una reflexión ante la nueva etapa. En particular, las preguntas ¿Quién soy? y ¿Hacia dónde voy?

Adaptando un poco las palabras de Silo en Bombay, el 1o. de noviembre de 1981, durante la gira mundial, podemos preguntarnos: *¿Es necesario para mí y para otros que cambie o refuerce mi dirección en esta nueva etapa?*
Recordamos también aquello de *“el tema más importante: saber si se quiere vivir y en qué condiciones hacerlo”* de la Quinta Carta a Mis Amigos, en Silo – Obras Completas Vol. 1. Lo podemos adaptar y preguntarnos *“¿Quiero seguir participando en esta nueva etapa y en qué condiciones quiero hacerlo?»*

*“Los Aforismos”* que se encuentran en *“El Libro de La Comunidad”* desde el 1981 también nos ofrecen un apoyo interesante para la reflexión. A veces, sin darnos mucha cuenta de ello, nos repetimos a nosotros mismos ciertos pensamientos negativizantes acerca de las
situaciones que nos toca vivir, pensamientos que, por otra parte, no hemos revisado para comprender la *“realidad”* que construimos con ellos. Esa *“realidad”* que construimos a veces no nos libera o hace felices, ni a nosotros ni a los demás. Es una *“realidad”* que íntimamente no amamos, y que tiene consecuencias contaminantes en nuestra vida de relación en las actividades conjuntas.

Aquellos que avanzaron en el trabajo con las Disciplinas saben que el Propósito proyectado trabaja desde la copresencia atencional imprimiendo un rumbo a la conciencia en busca de ciertos objetos que son situaciones, comportamientos, paisajes, actividades, etc. Esta imagen de futuro, como imagen trazadora, condiciona las búsquedas y las elecciones que de ella se derivan. Entonces, quizá interese ahora conectar bien ese Propósito con nuestra Obra en esta
nueva etapa.

La dirección mental está trazada por la imagen de futuro a la que apuntamos. Esta imagen condicionará desde la copresencia nuestras elecciones, nuestra conducta, y demás, aceptando aquello que nos acerque a tal imagen y rechazando aquello que nos aleje de ella. Quizá convenga entonces revisar esa imagen de futuro referida a nuestra participación en lo conjunto durante la nueva etapa. ¿Cómo imaginamos y queremos ese conjunto en esa nueva etapa? ¿Cómo nos imaginamos y queremos a nosotros en ese futuro que imaginamos?
Personalmente, tengo una cierta desconfianza de esas imágenes de futuro donde el *“yo-me-mi-conmigo”* aparece muy prominente; mientras que sé, también por experiencia, que hay
otras que me alejan del reflejo posesivo y contractivo que contamina con contradicción todo lo que toca.
Y podrán surgir espontáneamente varias preguntas como, por ejemplo, ¿Bajo qué circunstancias disminuye fuertemente en mí el trabajo de los mecanismos de la reversibilidad y me desvío de mi Propósito? ¿Cuál es mi punto débil a reforzar, mi *“talón de Aquiles”*?

El tema de la participación en tareas conjuntas pone en juego los aspectos de la *“convergencia”* y la *“diversidad”*. Por ejemplo, podríamos revisar y darnos cuenta que lo que es diverso de uno mismo o de lo propio no es necesariamente, y por este mero hecho,
antagónico. Por ejemplo, podríamos descubrir que no siempre es necesario alentar disputas cuando las posiciones sobre un tema son diferentes. Esto y otros aspectos hacen al trabajo en equipo. Así, podríamos revisar la proporción que existe entre las críticas que efectuamos y las soluciones que aportamos, entre nuestra crítica y nuestro aporte de trabajo aplicado. Por ello un antiguo proverbio de *“La Comunidad”* decía: *“Más que una crítica, vale una buena
oferta”*.
Podemos reflexionar sobre nuestro comportamiento desde el punto de vista de las diferentes formas de adaptación: la simple, la creciente y la decreciente; o el de las relaciones de dominio, de intercambio o de destrucción.

Durante este trabajo sería interesante poder alzar la mirada y lograr ver más allá del ámbito temporal y perceptual en que nos movemos habitualmente, con una amplitud mayor que nos
dé perspectiva. Poder desplazar el propio punto de vista por aquellas que en otro momento se llamaban las *“visiones del labrador, del aviador y del astronauta”*.

Podríamos formular preguntas tales como, por ejemplo: ¿Qué tanto y de qué manera la *“mirada”* de los otros condiciona mi participación? ¿Reconozco y valoro lo que otros aportan al conjunto? Cuándo debo tomar decisiones que afectan lo conjunto o a otros,
¿reflexiono sobre las consecuencias que ello puede tener? ¿Quiero a los nuestros, o sólo a unos pocos afines? ¿Qué virtudes quiero poner al servicio del conjunto? ¿Estoy apoyando activamente lo nuestro? ¿Cómo puedo mejorar mi aporte activo al conjunto? ¿Estoy dispuesto
a hacerme cargo de una parte de la tarea común? ¿Tengo claro qué quiero apoyar activamente o soy una hoja al viento? ¿Me muevo siempre sólo por gusto y tendencia, o alguna vez elijo también según los que sea necesario para el conjunto?

Podríamos examinar nuestra condición a la luz de temas como el *“dar”* y el *“recibir”*, de la unidad y la contradicción, de la acción válida, de los actos que terminan en uno y los que
terminan en otros, de la coherencia interna y externa, la proporción entre sabiduría, bondad y fuerza interna; y muchos otros más que todos recordamos.
Para los que han hecho su trabajo de nivelación más o menos recientemente, podemos encontrar material de reflexión en nuestra ficha en la que constan los proyectos a corto, mediano y largo plazo, en la revisión de los trabajos de Autoconocimiento. Allí están
también los factores que desde la copresencia hacen a nuestra dirección mental: el núcleo de ensueño, los ensueños primarios y secundarios, la escala de valores, etc.
Para reforzar nuestra intención, podemos apelar a varias fuentes de inspiración: el mismo Silo y su ejemplo, el guía interno, los aforismos, otros modelos, etc. Y por cierto está también una
amplia gama de prácticas para producir o reforzar cambios positivos.

La espiritualidad o sentimiento religioso, en general, y la nueva espiritualidad que está naciendo en el mundo, han estado siempre entre nuestros temas fundamentales. Ya desde el 4 de mayo del 1999, en Punta de Vacas, Silo la anunciaba. Me parece que esto es de
importancia fundamental y crítica para poner bien la cabeza y darnos una dirección mental adecuada en la nueva etapa. Como ejemplo, les recuerdo algunas consideraciones recientes, por ejemplo en el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales, el 28 de mayo de este
mismo año.

*“Y las nuevas generaciones y la nueva gente y demás, ¿cómo tiene la cabeza? ¿Cómo la pone a la cabeza? ¿Qué proyección hace con la cabeza? ¿Va a seguir pensando como se pensaba en otra época, en la organización de grupos humanos para conducir, esa cosa? No. Eso es una antigüedad, una aburridera, y no funciona. Y no funciona. Tendrán que hacer cosas con sentido. Y para que las cosas que se
hagan tengan sentido, tendrá que haber un nuevo horizonte… ¿Cómo le llamaríamos? Un nuevo horizonte espiritual. Yo sé que la palabra espíritu crea problema. Claro, por supuesto, imagínense desde la Revolución francesa, hasta hoy… doscientos años machacando, bueno. No nos importa nada. Se necesita un nuevo horizonte espiritual.”*

*”Y ese nuevo horizonte espiritual, creemos nosotros que está naciendo en el mundo. Mientras, simultáneamente, se van desintegrando todas las estructuras.”*

*”… Y si no hay un nuevo horizonte, no nos vamos a poder ubicar en esta situación con cosas de otra época. Cosas de otra época que además nadie quiere. Nadie quiere. …”*

*“Solamente tenemos un brindis que hacer y levantar las copas. Frente a toda la cosa asquerosa que hay en el mundo, frente a esta desintegración, a esta cosa centrífuga, en todo sentido, hay la creación de vida sintética. Ustedes dirán:”Ah, bueno, pero
van a aprovechar para…”. Aprovecharán lo que quieran, pero ése fenómeno, nunca antes se dio. Y es un fenómeno totalmente nuevo que va a traer mucha cola. Si frente a esta desintegración y a esta decadencia total empiezan a aparecer fenómenos de ese tipo, vamos a encontrarnos con la cola de los nuevos tiempos. Hay síntomas de
nuevos tiempos, no sólo los desbordes, es un aspecto, hay otras cosas. Hay un nuevo horizonte. Claramente se está perfilando un nuevo horizonte.”*

*”Como decían nuestros queridos antepasados, ya muy lejanos “Ni dios ni amo”. Pero que haya un espíritu divino en la gente… ¡Eh! ¡Vamos! Un mínimo de poesía. No se puede ser tan bestia. Es algo intolerable. Un mínimo de poesía. Y se está abriendo un
horizonte. ¿Queremos llamarle un horizonte de poesía, en la práctica? Bueno, como quiera. ¿Una “nueva espiritualidad”? bueno, ¿porque no? Pero se está abriendo otra frontera mental ¡sin ninguna duda!”*

*”Esto no va a terminar en esta caída, como una velita que se va apagando. Todo disminuyendo… No, ¡acá va a ver una! Bueno, bueno. Algo bueno.”*

Creo que ante esa perspectiva psicohistórica, no sólo tendremos que adaptarnos a ella como conjunto de manera creciente, sino también como individuos. Creo que todo aquello que no esté imbuido de esa nueva espiritualidad en el futuro no tendrá la dirección y la fuerza
necesarias para abrirse paso.

La desaparición física de Silo nos pone de frente a la finitud, y quizá nos inspire preguntas como: ¿Cuál será el aporte que haré al mundo con mi vida? ¿Cómo quisiera recordarme y ser recordado cuando mi vida toque a su fin?

Este trabajito que estoy realizando -y que recomiendo- consta de una tarea de examen lo más profundo y honesto posible de nuestro *“paisaje interno”* y su dirección, y de una serena reflexión para comprender a la raíz nuestra condición interna. Para todo esto contamos con una vasta bibliografía de inspiración y referencia, recordando entre ella a los Manuales para la formación personal de los miembros del Movimiento Humanista15 y el de Temas Formativos
para los Mensajeros16. Como cuando uno emprende un viaje, elige qué cosas llevar y qué cosas dejar.
Esto nos permitirá por último tomar las resoluciones que sean de interés para el tema que nos ocupa: modificaciones y/o refuerzos de nuestra condición de origen en esta nueva etapa, modificaciones y/o refuerzos de nuestra dirección mental. De ello surgirán quizá varias
propuestas que convendrá resumir y, por último sintetizar en una frase, alegoría, registro, etc., asociadas a una carga emotiva. Luego podremos apelar a las herramientas de trabajo personal
conocidas para hacer que esa dirección querida se mantenga activa en nuestra copresencia, pudiendo evocarla frecuentemente de manera simple y veloz.
Estos exámenes y reflexiones se podrán realizar tanto en pequeños grupos como individualmente. Cada uno podría organizar su propio programa contando con lecturas inspiradoras, apoyos para el examen, la reflexión, la toma de decisiones, la formulación de
propuestas, etc. Cada uno lo puede hacer de acuerdo a sus afinidades, virtudes, etc. Algunos prefieren dialogar con otros más bien que escribir, otros pensar y escribir, otros dialogar,
pensar y luego escribir, etc. Dada la diversidad de situaciones existente entre nosotros, es improbable que un único modo sea el mejor para todos.

Para concluir, digamos que esta presentación tuvo que ser necesariamente así: desestructurada, incompleta, y con desniveles. De esta manera favorecemos que no quede la impresión de un modelo a seguir, sino que quede simplemente la inquietud por un
tema de especial interés en las circunstancias en que nos encontramos: examinar nuestra propia *“condición de origen”* ante la nueva etapa de nuestra Obra, y ver cómo aprovechar este punto de inflexión para mejorar nuestra participación en ella. Si hay interés por ello, cada uno lo resolverá a su modo.

Por último, como hicimos junto a Silo en este mismo Parque, les invito a realizar un breve pedido por lo mejor para todos nosotros en esta nueva etapa, para que todo nos salga muy bien.

(Pedido conjunto)

De corazón, les agradezco, y les deseo a todos mucha ¡paz, fuerza y alegría!