Bajo el liderazgo de socialistas, comunistas, liberales y verdes, los diputados subrayaron su *»profunda preocupación»* por la política francesa de eliminar los campamentos gitanos y sacarlos de su territorio.

Fustigaron la tardía y limitada reacción de la Comisión Europea ante la determinación del presidente galo, Nicolás Sarkozy, de impulsar acciones amparadas bajo el supuesto de la seguridad nacional y en su combate contra la delincuencia.

En la resolución, el Parlamento Europeo, que se une así a las críticas de Naciones Unidas y el Vaticano a París, deplora la retórica inflamatoria y abiertamente discriminatoria que ha marcado el discurso político durante la repatriación de gitanos.

Asimismo, precisa que declaraciones en ese sentido sirven para alimentar el racismo y las acciones de los grupos de extrema derecha.

Aunque en un inicio existían dudas sobre el eventual pronunciamiento del Parlamento Europeo, el presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, se vio obligado a remarcar esta semana la necesidad de desterrar el racismo y la xenofobia del continente.