*Simón Rodríguez (BARÓMETRO INTERNACIONAL, especial para ARGENPRESS.info)*

Al mismo tiempo que el presidente Barack Obama -reciente premio Nobel de la Paz- envió al Congreso un presupuesto récord de 708 mil millones para gasto militar, incluidos 159 mil millones para las misiones en Irak, Afganistán y Pakistán, el informe anual de la inteligencia de ese país, acusa a Venezuela de promover un frente anti estadounidense y reclama protagonismo en la región para defender los “intereses norteamericanos”.

La llamada doctrina Monroe, atribuida al quinto presidente norteamericano James Monroe, anunciada en diciembre de 1823, se resumía en la frase “América para los americanos”, y además de servir de advertencia a las potencias europeas que querían recuperar sus colonias, sirvió para extender el dominio estadounidense con exclusividad en la región. El reciente informe presentado por el almirante Dennis Blair, Director Nacional de Inteligencia al Comité de Inteligencia del Senado, dedica una parte importante del mismo a cuestionar al gobierno de Venezuela, al que considera “poco amigable”, y acusa, entre otras cosas, de acercarse a “actores extra-regionales”, lo que hace peligrar la influencia exclusiva de Estados Unidos en la región.

Según el informe, “en países como Venezuela, Bolivia y Nicaragua, líderes populistas están caminando hacia un modelo económico y político más autoritario y centrista, y se han unido para rechazar la influencia de Estados Unidos y sus políticas en la región”.

Es decir que el peligro estriba en rechazar la influencia norteamericana y sus políticas, y aunque no se menciona específicamente, debe tener en cuenta el rechazo al acuerdo militar con Colombia para el uso de siete bases militares que, aumenta precisamente la influencia militar y política de Washington. El documento acusa al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de establecerse “como uno de los detractores principales a nivel internacional contra Estados Unidos, denunciando al modelo democrático liberal y el capitalismo del mercado, y rechazando las políticas e intereses estadounidenses en la región”.

El documento indica que “Chávez continúa imponiendo un modelo autoritario y populista en Venezuela que está socavando a las instituciones democráticas”.

Además acusa al presidente venezolano de acercarse a “actores extra-regionales”, en referencia a la relación de Venezuela con Irán Rusia y China y advierte que “Chávez continuará cultivando relaciones políticas, económicas y en materia de seguridad” con esas tres naciones.

**Como en el siglo pasado**

Al mismo tiempo, el Departamento de Defensa presentó su Revisión Cuatrianual de Defensa (QDR, por sus siglas en inglés) en el que, con un lenguaje casi mesiánico, otorga a Estados Unidos el papel de gendarme del mundo.

El Departamento de Defensa sostiene que en este siglo, como en el pasado, Estados Unidos se ha esforzado por proteger a su pueblo, promover la estabilidad en regiones claves, otorgar asistencia a naciones necesitadas y promover el bien común.

Para ello, añade, “los intereses y el papel de Estados Unidos en el mundo requiere de fuerzas armadas con capacidades inigualables y la voluntad de la nación para emplearlas en la defensa de nuestros intereses y del bien común. Estados Unidos permanece como la única nación capaz de proyectar y sostener operaciones de gran escala a través de vastas distancias”. Así, en el presupuesto se plantea un incremento de 6 por ciento para fuerzas de operaciones especiales, por un total de 6.3 mil millones, y un incremento de 2 mil 800 soldados.

El documento identifica como misiones centrales de las fuerzas armadas la defensa de la nación, lograr éxito en operaciones de contrainsurgencia, estabilidad y antiterrorismo, construir la capacidad de seguridad de naciones socias, derrotar agresiones en ambientes difíciles, prevenir la proliferación de armas de destrucción masiva y operar de manera efectiva en el ciberespacio. En referencia a América Latina, según el QDR, el objetivo estratégico es trabajar hacia un hemisferio occidental seguro y democrático al desarrollar relaciones de defensa regionales que abordan amenazas domésticas y trasnacionales como organizaciones narcoterroristas, tráfico ilícito y disturbio social.

Pero para ello plantea mantener una presencia limitada “mientras buscamos mejorar relaciones con estados regionales y sus militares en promover nuestros objetivos comunes de seguridad hemisférica”.