Hoy, Aminatu Haidar ha denunciado presiones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para que abandone la huelga de hambre, criticando que sea ella la presionada en lugar del gobierno de Marruecos, que le impide la vuelta a su tierra. En estos momentos, después de 22 días en huelga de hambre, la salud de Haidar es muy delicada y la discusión ha derivado a si se la puede obligar o no judicialmente a ser hospitalizada y alimentada contra su voluntad. Ante esta posibilidad, la Plataforma de Apoyo a Aminatou Haidar considera que el Ejecutivo está maniobrando para llevarla a un hospital y, de esta manera, invisibilizarla de cara a la opinión pública.

La dureza del régimen marroquí es manifiesta al negarse en dos ocasiones a dejar aterrizar el avión que la llevaba a reencontrarse con los suyos. También ha quedado manifiesta la incapacidad del gobierno español para gestionar este asunto. El gobierno socialista ha pasado del silencio a solidarizarse con la huelguista; le ha ofrecido el estatuto de refugiada y posteriormente la nacionalidad española -que ha rechazado Aminatou- y lo que actualmente se pregunta la opinión pública es si la presión española sobre el gobierno marroquí es tan fuerte como se dice o están interfiriendo en las negociaciones intereses de otro tipo.

Se suceden las manifestaciones de organizaciones de distinto signo, que reclaman salvar la vida de Aminatou, al tiempo que exigen un referendum a Marruecos. Una de estas acciones tiene que ver con la petición online a las autoridades españolas y europeas para que salven la vida de esta pacifista. Lilian Cabrera, del Centro Humanista de las Culturas de Las Palmas, es portavoz de esta iniciativa y declaraba: «cualquier gobierno que lo consienta es responsable de su muerte y no habrá nada que lo justifique. No hay intereses políticos ni económicos que lo justifiquen»

Recordemos la historia de esta saharaui. El 13 de noviembre de 2009, tras su llegada a El Aaiún procedente de Nueva York en un vuelo con escala en Las Palmas de Gran Canaria, fue expulsada hacia Lanzarote, donde inició una huelga de hambre el 15 de noviembre. El motivo, declararse ‘saharaui’ en el impreso oficial que exigen las autoridades al llegar al país.

En palabras a una televisión, el 5 de diciembre, Aminatou decía: «Desde el principio de octubre, las autoridades marroquíes han redoblado la represión contra la población saharaui que está bajo ocupación marroquí y, como mi caso particular, contra los activistas de DDHH… pero expulsar a una saharaui de su propia patria, dejando a su familia y a sus hijos, es una nueva estrategia. Esto después del discurso real de Marruecos que lo ha dejado claro, que no hay derecho a la libre opinión y la libre expresión».

La situación actual del pueblo saharaui se remonta a 1975, cuando el entonces rey de Marruecos, Hassan II, promueve la llamada ‘Marcha Verde’. El entonces gobierno marroquí moviliza a cientos de miles de civiles y militares en una marcha que supone la invasión de la que aún era colonia española, el Sahara Occidental. El gobierno español de la época, no hace nada. Se retira de esta colonia sin declarar la independencia de la misma y sin enfrentarse a la invasión marroquí. Pese a las declaraciones del actual gobierno en el que se habla del derecho de cualquier pueblo a su autodeterminación, la posición de los distintos gobiernos españoles no ha sido clara y contundente ni en relaciones bilaterales ni multilaterales desde Europa.

Por otra parte, con posiciones unas veces claras y ambivalentes otras, Naciones Unidas ha tratado de intermediar pero no ha habido acuerdo por diferentes razones entre el gobierno de Marruecos y el Frente Polisario, representante del pueblo saharaui, para la celebración de un referéndum transparente, a través del cual el pueblo saharaui pueda decidir su propio futuro.

La huelga de hambre de la activista Aminatou Haidar ha vuelto a poner sobre el tapete un problema postergado desde hace treinta y cuatro años.

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