La paz vuelve a emerger desde las alturas. Sucede que un grupo de montañistas plantó una nueva bandera de la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia en la cima del volcán Nevado de Toluca, que se alza a más de 4600 metros sobre el nivel del mar, en México. La expedición se llevó a cabo el 17 de octubre y contó con la participación de un perro schnauzer y más de 15 personas, entre adherentes a la Marcha Mundial y miembros de Mundo sin Guerras, Propuesta Humanista, La Comunidad para el Desarrollo Humano, el Centro Mundial de Estudios Humanistas y Pangea Nación Humana Universal.

El equipo debió enfrentarse a rigurosas condiciones climáticas, como temperaturas bajo cero, nevadas, lluvia, neblina y fuertes ráfagas de viento. No obstante, logró plantar la bandera de la Marcha Mundial en el Pico del Águila, la segunda cumbre del macizo. El volcán es referencia de numerosas leyendas populares y constituye un lugar sagrado para los pueblos originarios. En 2007, un equipo de arqueólogos descubrió un centro ceremonial dedicado al dios Tláloc. Frente al cráter, se hallan dos lagunas: el Sol y la Luna.

No es la primera vez que la bandera de la Marcha Mundial flamea desde lo alto de las montañas. Hace menos de un mes, una pareja de andinistas argentinos hizo cumbre en el volcán Lanín (3776 metros) para manifestarse a favor de la Paz y la No-violencia. Anteriormente, otros adherentes escalaron el mítico monte Ararat, en Turquía. Y la tendencia se afirma: para los últimos días de diciembre, otro grupo de andinistas hará lo propio en el Monte Aconcagua, a cuyos pies concluye la Marcha Mundial.