Buenos Aires celebró el Día Internacional de la No-Violencia y el comienzo de la Marcha Mundial por la Paz en el centro porteño. La jornada, organizada por Mundo Sin Guerras, comenzó a las 10 horas con un despliegue de stands distribuidos a lo largo de la avenida Corrientes y concluyó en el Colegio Público de Abogados, con un acto en el que se entregaron reconocimientos a organizaciones sociales y personalidades por su labor en la construcción de la Paz.

Según los organizadores, asistieron cerca de 500 personas distribuidas en 106 mesas de difusión, donde cada una de ellas representaba a un país por donde pasará el recorrido troncal de la Marcha Mundial. Asistieron, además, representantes de las colectividades de Senegal, Paraguay, Líbano, Uruguay, Ecuador, entre otras que demostraron, a través de expresiones artísticas, su compromiso con la no-violencia.

Una gran carroza que representaba al planeta Tierra, construida artesanalmente, marchó por la avenida Corrientes, acompañada por los cientos de marchantes que lucían los trajes típicos de los países y entonaban cánticos referidos a la paz.

A las 16.30 comenzó el acto de cierre en el Colegio Público de Abogados de la ciudad de Buenos Aires, donde se entregó una grulla hecha con el bronce de una bala de cañón –elaborada por el maestro orfebre Juan Carlos Pollarols– que fue entregada en reconocimiento a la lucha por la paz, por la organización Mundo Sin Guerras a las Abuelas de Plaza de Mayo; las Madres del Paco; Lidia Ortiz de Burry, la abuela de las armas; Julia Villafañe, quien confeccionó una bandera por la Paz; la Asociación Civil Alfredo Marcenac de desarme civil y Martiniano Molina, reconocido chef, por su proyecto Educación por la Paz.

Las grullas fueron entregadas por los actores Jorge Marrale y Juan Leyrado, los músicos Miguel Cantilo, Diego Mizrahi y Raúl Porchetto y el Presidente de Mundo Sin Guerras-Argentina, Javier Zaldarriaga.

También se destacó la presencia de Maximiliano Guerra, bailarín reconocido internacionalmente y Embajador de la Paz de la UNESCO, quien comentó: “Esta iniciativa es maravillosa, ojalá pudiésemos repetirlo todos los años en distintas partes del mundo para superar la idea de que todo se soluciona con una guerra y que nos unamos por la Marcha Mundial por la Paz y, sobre todo, por la no-violencia, porque hay mucha violencia en general”.

En el evento, Guillermo Sullings, vocero del Movimiento Humanista en Argentina, organizador de la Marcha Mundial en ese país, declaró: “Con cada bala que se fabrica se pueden salvar dos vidas, la que esa bala mataría y el hambre de un niño que se podría resolver con los recursos que demandó para fabricarla”. A su vez, Sullings agregó que lo importante es reformar la Organización de las Naciones Unidas, ya que “los cinco miembros del Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China, son los principales productores de armas en el mundo”.

La jornada finalizó con una canción especialmente creada para la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia que realizó el cantante Victorio Menghi, y fue acompañado por todo el público y por las personalidades que asistieron.

Por otra parte, los organizadores de la actividad informaron que miembros de la Unidad de Control del Espacio Público (UCEP), del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, intentaron desalojar las mesas de difusión y el gacebo instalado en la Plaza de la República, alegando que se estaba ocupando “ilegítamente” el espacio público. “No contamos con el apoyo del gobierno de la ciudad, igualmente la jornada superó todas nuestras expectativas, por lo que estimamos que los hitos que vendrán, como el paso del equipo base el 29 de diciembre y el acto de cierre de la Marcha Mundial el 2 de enero en Mendoza pueden tener mucha fuerza”, informó Sullings.