La presidenta Michelle Bachelet lo recibió a la entrada del palacio de Gobierno y lo invitó a saludar, primero, al público reunido ante el monumento al al ex presidente Salvador Allende, en la Plaza Constitución.

Zelaya se quitó su blanco sombrero alón para rendir así su homenaje: «quisiera expresar aquí, frente a la figura de Salvador Allende, mi admiración y mi respeto, y gracias a esta sociedad chilena».

Entre aplausos y vítores, Zelaya parafraseó las últimas palabras del mandatario chileno, muerto en La Moneda, y aseguró que, «algún día, las grandes alamedas se abrirán para que recorra el hombre libre en América».

Tras agradecer a Bachelet su invitación, el mandatario hondureño y la presidenta chilena ingresaron a La Moneda, donde una Guardia de Honor le rindió una bienvenida de jefe de Estado.

Bachelet, frente a periodistas, destacó que Chile reconoce a Zelaya como el presidente legítimamente electo en Honduras y reiteró su respaldo a las gestiones que se realizan por restituir la democracia en su país.

Luego de una audiencia privada, Zelaya y Bachelet encabezaron un almuerzo en el palacio de Gobierno, al que fueron invitados dirigentes de todos los partidos políticos, así como de la Cámara de Diputados y del Senado.

En declaraciones a Prensa Latina, la ministra hondureña de Relaciones Exteriores, Patricia Rodas, quien acompaña a Zelaya, agradeció la impresionante bienvenida de las distintas fuerzas políticas y sindicales chilenas.

Nos dan fuerza, subrayó, porque el retorno a la Patria es cada día más cortito; se va acortando el tiempo para retornar y continuar la obra de transformación profunda que hemos empezado.

Mientras tanto, cientos de chilenos, cercados por un fuerte contingente policial frente al Palacio, corearon consignas como «Zelaya, amigo, el pueblo esta contigo», «No a los gorilas traidores», «ALBA sí, yanquis no» y «Obama, saca tus tropas de América latina».

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