Hoy dıa 6 de agosto en recuerdo del desastre nuclear de Hıroshıma y Nagasaki, un equıpo de la MM compuesto por turcos y españoles ha alcanzado la cıma del Monte Ararat.

En este lugar de fuerte significado espiritual, se han lanzado al viento las mismas palabras leídas en Hiroshima y en cientos de lugares por miembros de la Marcha Mundial. Palabras que a más de cinco mil metros de altura, sobre una cima que domina el paisaje, han adquirido carácter de compromiso personal, como se expresa en el texto “El horror de Hiroshima y Nagasaki no ha quedado atrás en la historia. Las imágenes del dolor y de la absurda muerte siguen vivas en nuestra conciencia pero al mismo tiempo alimentan nuestra profunda aspiración por un mundo donde nunca más sea posible esta atrocidad… La Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia es un llamado a la conciencia personal de cada uno de nosotros, es la voz que tenemos que levantar todos juntos, es una propuesta moral y es lo que necesitamos hacer en este momento difícil por el que atravesamos”.

Éste ha sido el objetivo de esta aventura: llamar la atención sobre la urgente necesidad de desarme nuclear, al tiempo que ha anticipado las acciones que se llevarán a cabo en Turquía en los próximos meses y, especialmente, en la segunda quincena de octubre; momento en el que la Marcha Mundial pasará por el país euroasiático.