Esta vez no he podido escapar. En Hiroshima no tuve el coraje para entrar en el museo de la bomba. Inventé una disculpa, la falta de tiempo, y salí de la ciudad sin pasar por allí; no quería ver los horrores de la tragedia atómica. Ayer, en Nagasaki decidí vencer las resistencias y vi las fotos de los cuerpos destrozados y de las heridas en la carne desfigurada de los “hibakusha”, los supervivientes de la bomba. Quedé impresionado.

Hoy, 9 de agosto, he participado en la ceremonia en memoria de las víctimas. ¿Cómo podría quedar indiferente cuando ofrecieran agua a los muertos, junto al monumento con los nombres de las víctimas? Recordé la explicación de que lo peor no eran los dolores desgarradores de las heridas, sino la sed que aumentaba día a día, hora tras hora después del ataque. No se podía beber el agua radioactiva.

Pensé en lo agradable que es beber una botella de agua helada en este calor de casi 38 grados centígrados que hace hoy en Nagasaki. En el día de la bomba, exactamente el 9 de agosto de 1945, a las 11.02 horas, debía hacer el mismo calor que hoy.

Hasta ahora había evitado entrar en esos detalles y recuerdos tan nefastos, pero no podría dejar de recuperar todas esas imágenes para comprender y sentir plenamente el clamor escuchado en ocasiones durante estos días: ¡Hiroshima nunca más! ¡Nagasaki nunca más! ¡Hibakusha nunca más! Definitivamente, es preciso eliminar todas las armas nucleares del planeta.

**La verdad sobre el horror atómico**

“Como ciudad que ha sido atacada con armas nucleares, Nagasaki tiene la responsabilidad de mostrar al mundo la verdad sobre el horror de las bombas atómicas, y continuar la campaña para la abolición de las mismas”, ha dicho Takashi Yoshihara, presidente del consejo municipal de Nagasaki, en la apertura de la ceremonia de hoy, 9 de agosto.

El alcalde de Nagasaki y anfitrión del evento, también bastante concurrido, al igual que tres días antes en Hiroshima, ha hecho un llamamiento a los presidentes de los Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, Irán, los primeros ministros de Paquistán, la India, Israel y Corea del Norte; o sea, de todos los países que actualmente poseen armas nucleares.

“Visiten el museo de la bomba atómica y deténganse ante las imágenes de la devastación nuclear, donde los huesos de numerosas víctimas quedaron enterrados para siempre. El 9 de agosto de 1945, a las 11.02 horas, Nagasaki fue devastada por una intensa radiación que aumentó la temperatura muchos grados centígrados, con horribles vientos mortales. Llamas devastadoras transformaron la ciudad en una ruina silenciosa”, ha dicho hoy Taue en su discurso.

En casi todas las alocuciones, tanto de los dirigentes japoneses, como de otros cargos ilustres, como el del presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel d’Escoto, se ha hecho referencia a la esperanza que abren las recientes declaraciones del presidente Obama a favor del desmantelamiento de los arsenales nucleares.

**Más fotos de Nagasaki**:

**El editor de Pressenza, Alexandre Sammogini, ha sido invitado por las prefecturas de Hiroshima y Nagasaki a la ceremonia en memoria de las víctimas de la bomba atómica. El día 5 de agosto, el periodista participó en un acto simbólico en el que se encendió una antorcha de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.** –

Más información:

www.theworldmarch.org

*(Traducción del portugués al español: Pilar Royo)*