Los humanistas de Almagro organizaron una marcha y un festival para realizar el lanzamiento de la Marcha Mundial, que comenzará el 2 de octubre en Nueva Zelanda y terminara en 2 de enero del 2010 en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas, Mendoza, Argentina. El objetivo de dicha iniciativa fue la de dar a conocer al barrio el proyecto y concientizar sobre la necesidad de paz y no violencia.
La jornada comenzó con tres marchas muy coloridas que desde distintos puntos del barrio convergieron en la intersección de la Avenida Corrientes y Medrano. Durante media hora las calles estuvieron colmadas de banderas naranjas y carteles con inscripciones referidas a la paz, la no violencia y reclamando el fin de las guerras. Cuando el semáforo daba la luz roja, algunos humanistas desplegaban un largo cartel que decía “INSEGURIDAD = ARMAS NUCLEARES”, otros cargaban con una gran bomba hecha con una estructura de alambre y papel mientras los demás pedían “bocinazos por la paz“.
Luego las tres columnas marcharon juntas hasta Plaza Almagro. En el camino alrededor de 300 personas se sumaron en distintos trayectos del recorrido. Allí se desarrolló un festival, en el cual habló Guillermo Sullings, vocero del Nuevo Humanismo en Argentina: “La gente tiene que movilizarse en todos lados por la paz y la no violencia, pero sabiendo que esa paz se lograra en la medida que se retiren las tropas de los territorios ocupados, se desmantelen los arsenales nucleares, se baje paulatinamente la fabricación de armas y esos recursos se destinen para bajar la indigencia y la pobreza en todo el mundo. Son medidas concretas, no es que la paz vendrá porque la pidamos, la gente tiene que tomar conciencia de que la paz se la tiene que exigir a todos los gobiernos del mundo (…) presionar a los gobiernos para que esa responsabilidad la asuman o se vayan y esa responsabilidad se la dejen a otros“.
Después de las palabras de Sullings, la compañía Teatro Lépico interpretó una obra interactiva junto al público. Más tarde se presentaron bandas de rock, un dúo de guitarras que ofreció algunas milongas, una pareja de baile de tango y cantantes del barrio. Se calcula que circularon cerca de 1000 personas en el evento.
Al atardecer, por una de las entradas de la plaza entró la murga Los Atorrantes de Almagro, quienes lentamente llegaron al centro, donde se encontraba el escenario, para tocar, cantar y bailar cuatro temas de su autoria.
Para finalizar el festival se proyectaron videos y documentales realizados para la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.