Partido Humanista

El Partido Humanista apoya la huelga general convocada para el 29 de marzo y convoca a la movilización en todas las ciudades, pero sobre todo quiere elevar una reflexión: o cambia el modelo en su raíz o nada mejorará. Ante esta próxima convocatoria, los humanistas vuelven a poner de manifiesto su propuesta de fondo: una economía al servicio del ser humano.

Ante la discusión en curso sobre el posible aumento de las dietas de los Diputados y Senadores de la República Argentina, el Partido Humanista califica de «desatinada e inoportuna» la decisión de los legisladores, cuando son todos los habitantes los que están viendo desvalorizados sus ingresos frente a la inflación actual.

Hoy, viernes, a las 19 horas el Partido Humanista cierra su campaña electoral en la Plaza Santa Ana de Madrid. Intervendrán en el acto final José Luis Álvarez y Arturo Viloria, candidatos al Congreso y al Senado respectivamente. Los humanistas han priorizados dos temas en su campaña: el peligro del armamento nuclear y el atentado medioambiental.

En el Partido Humanista nos mostramos muy preocupados por el rumbo que está tomando la UE, en manos del Paraestado creado por el poder económico mundial que a través de organismos internacionales como en FMI o el Banco Mundial, está tomando decisiones que limitan derechos y libertades. Ante esta situación, el PH hace propuestas en la dirección de un sistema más humano.

Cuando los humanistas observamos y participamos de los procesos sociales, políticos y
económicos en todo el mundo, no podemos más que reflexionar sobre la vigencia que tiene en
este momento histórico, el Documento del Movimiento Humanista escrito por Silo en 1991 (Obras Completas, Volumen I, Pág. 579- Editorial Plaza y Valdés).

El 14 de enero fue depuesto en Túnez el dictador Ben Alí, luego de 20 años en el poder. Si bien el detonante de la rebelión popular fue la inmolación de un humilde vendedor maltratado por la policía, durante muchos años el pueblo tunecino tuvo que soportar injusticias, niveles de desempleo y pobreza alarmantes, y hasta la persecución a ciertas prácticas del islamismo.