Llegó el día en que volvieron, volvieron a llenar las urnas los que creen que un país con posibilidades, oportunidades y derechos para las grandes mayorías es posible, y necesario.

 

Un día volvieron, demostrando que la expresión democrática y no-violenta del pueblo es la vía para marcarle a los poderosos que no tienen el futuro comprado, ni su voracidad financiera asegurada.

 

Volvieron, quienes resistieron durante años a un neoliberalismo cruel, que solo daba malas noticias cada día. Noticias de despidos, de mayor marginalidad para los desposeídos, de tarifas impagables en servicios básicos, de quita de recursos para ciencia, educación y salud, de medicamentos a costos inaccesibles para los jubilados, y la lista sigue.

 

Ese día volvieron, quienes por momentos habían perdido la fe en un país más justo e igualitario, pero que en el encuentro con compañeres, poco a poco fueron recuperando la certeza de que era posible, una vez más, alertar al pueblo argentino, marcando el camino que posibilite mayor justicia social, derechos y políticas inclusivas, y un Estado garante de todo ello. La posibilidad está, será cuestión de quienes la construyeron aprovecharla al máximo, sin dejar pasar esos recodos que de tanto en tanto presenta la historia.

 

Volvieron a expresarse democráticamente quienes no son insensibles al sufrimiento que padecen los discriminados, los explotados, los sin futuro, los expoliados por un sistema injusto. Quienes también sienten en carne propia ese sufrimiento, pero que siempre saben de lo importante de sobrepasarlo, superarlo, ayudarse en el camino de lo colectivo, lo conjunto, lo compartido hacia la humanización creciente del mundo. 

 

Volvieron quienes siempre estuvieron, y recuperaron en ese camino a muchos de aquellos que por momentos creyeron en el marketing de los que mintieron, dando promesas bonitas por los enormes medios de comunicación hegemónicos, promesas que luego no cumplieron. Quedó demostrado, y ahora son muchos los que en las urnas ya no los convencieron.

 

Una vez más los marginados de las periferias urbanas, los trabajadores y desocupados, las clases medias bajas empobrecidas, los jóvenes sin posibilidades que ven un futuro complicado, volvieron a encontrar una opción electoral que recibió un contundente apoyo de cerca del 49% de los votos en las primarias, expresada en un gran frente de diversas expresiones del peronismo, del kirchnerismo y de distintas variantes del progresismo y de los movimientos sociales.

 

Aunque por delante quedan desafíos electorales definitorios, en medio desestabilizaciones económicas en plena crisis, y luego seguirán enormes batallas culturales, colectivas, dificultades que afrontar, agravios hacia el pueblo por reparar, pero ya volvieron, a participar masivamente, a encontrar una opción, y una posibilidad.

 

Será el desafío aprovechar una nueva oportunidad histórica, estar a la altura, decidirse y reflexionar sinceramente, para generar ahora sí, luego de cuatro largos años neoliberales de golpes, penurias y postergaciones para el pueblo argentino, las transformaciones impostergables que el momento histórico demanda.