Como un río salido de cauce, la adhesión a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, por parte del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, su Excelencia Dn. Juan Evo Morales Ayma, quien se entrevistó con el Vocero Latinoamericano de la Marcha Mundial y del Humanismo Tomas Hirch, donde hizo pública su adhesión a la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia que partirá de Wellington (Australia) el 2 de octubre de 2009 y terminará en Punta de Vacas, a los pies del Aconcagua (Argentina) el 2 de enero de 2010 iniciativa de Mundo sin Guerras y del Movimiento Humanista.
En una conferencia de Prensa en el Palacio de Gobierno, el Presidente Morales expresó: *“Que la nueva relación de los pueblos debe estar basada en la Paz y la No Violencia, que a partir de iniciativas como estas debe haber una nueva forma de diplomacia entre los pueblos basados en la Cultura de la Vida y del Diálogo, todos los bolivianos debemos sumarnos a la iniciativa en América Latina, que es el primer continente libre de armas nucleares, que siga siendo el lugar de resguardo de la paz”*, reafirmando el apoyo a todas las iniciativas de la marcha.
En Bolivia estamos en un momento histórico a lo que se refiere a la nueva construcción estatal basada en una constitución comunitarista con muchas bases humanistas con la renuncia a la guerra y el ejercicio armónico de todos los seres humanos donde se proclama el derecho a vivir sin violencia.
La No Violencia y la resolución pacifica de conflictos mediante el diálogo, marcan una oportunidad de comenzar a vivir en una comunidad, capaz de brindar alternativas no violentas a la solución de conflictos. En una sociedad donde todavía quedan resquicios del sistema antihumanista, donde algunos sectores todavía preparan el escenario del conflicto, como una verdad básica, de la Teoría del Enfrentamiento. Con la adhesión del Presidente que reafirma el Derecho a Vivir sin Violencia de los bolivianos, también nos da la posibilidad histórica de construir una nueva sociedad, de consolidar y aplicar una cultura de paz y de diálogo que sin duda existe, pero también que cada día ponemos en riesgo.
La adhesión del Presidente Evo Morales contiene muchas expectativas y un hecho muy difundido por los medios de comunicación. Se trata no solamente de una oportunidad emancipadora para uno de los países más pobres de continente sino un impulso más a la ola de liberalización por parte del Continente para rechazar la Guerra como método de resolución de conflictos y a toda forma de violencia, iniciativas que mediante adhesiones de los Gobiernos como los de Chile y Argentina, a la cual ahora se une Bolivia son una señal de una Nueva Alborada para el Continente y el Mundo.
Vemos entonces que nos encontramos ante un gran desafió y como describen la profecías andinas “El Gran Día ha llegado donde todos los seres humanos reconstruyamos este mundo de dolor”. A partir de hoy deberíamos considerar evitar que los conflictos sean solucionados de forma violenta sino por la vida del diálogo. Pero también debemos dejar que estas intenciones se queden en el discurso. A partir de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, con la adhesión del Gobierno de Bolivia, debe traducirse y reflejarse en políticas públicas mediante medidas reales de reducción de la violencia.
Bienvenida sea entonces esta Marcha de Valientes y que sean múltiples las iniciativas de todos para que construyamos un nuevo mundo en esta nueva alborada que se aproxima.