«Me gusta participar en proyectos sociales por una buena causa”, afirma la joven Alana Sinkëy, cuyos orígenes nos llevan a Guinea Bissau. Canta y toca la guitarra, dentro de un estilo “pop – folk” y se siente identificada con los motivos que impulsan este proyecto sociocultural, promovido por la asociación Panteras Negras y la Federación Convergencia de las Culturas.

“Yo he sufrido mucho como inmigrante”, comparte Alana, “tras mi llegada a España, estuve un año sin documentación y fue muy duro. Una vez, incluso, fui al médico pero no pude ser atendida por no tener papeles. Me cuesta mucho entender la actitud de la policía y de los gobiernos, es de una incomprensión y una desconexión total con la gente”.

Las organizaciones que promueven la realización del festival pretenden “dar a conocer iniciativas de acción directa hacia la gente, que promuevan un mensaje de convivencia, interculturalidad y respeto por las distintas culturas, sociedades y sabidurías que aportan una riqueza diversa a la Nación Humana Universal”.

Alana Sinkëy piensa que “la inmigración tiene mucho que aportar y que necesitamos aprender unas culturas de otras”. Hace referencia a la fuerza y la vitalidad de las mujeres africanas con orgullo, pero, sobre todo, señala “la actitud de hermandad, mucho más presente. En la mezcla de culturas está el futuro”, concluye.

Cabe destacar también la presencia en Mixturarte de las Messtizzas, un grupo compuesto por dos malagueñas caracterizadas por un directo potente, plagado de influencias gitanas y de la mejor música negra, y por unas letras que rebosan compromiso social con humor e ingenio.

“Soy mestiza de nacimiento”, dice una de sus componentes, Silvia, “llevo sangre gitana y castellana, la mezcla está dentro de mí y es lo que reivindico con mi música y con la participación en iniciativas como Mixturarte.

Silvia explica que el motivo de hacer música, “a parte de hacer una melómana, es porque creo que a través del arte, cualquier protesta, reivindicación o mensaje entra mejor”. El suyo es bien claro: “canto que las cosas cambien, yo no me quiero morir sin haber hecho algo porque el mundo cambie”

Esta malagueña reconoce el flujo de sus antepasadas, “las mujeres gitanas siempre han luchado mucho, desde dentro,” y se congratula de que “por fin hoy empecemos a pedir nuestros derechos y a salir a la luz”. En realidad, “si ampliamos la mirada, las mujeres en general siempre hemos sido reivindicativas y revolucionarias”.

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