Con un resultado de 16,6 puntos de diferencia, se ha impuesto el candidato ultra-derechista en las elecciones de segunda vuelta de hoy 14 de diciembre, dejando a Kast como el Presidente electo de Chile.

No ha sido sorpresa, puesto que ya las encuestas lo daban por ganador, pero el porcentaje ha variado un poco respecto de lo previsto, recibiendo un 41,79 % de los votos la candidata comunista Jeannette Jara, mientras el ganador ha conseguido un 58,21 % final.

Los votos nulos fueron 5,83% mientras que los blancos 1,23% que son porcentajes bastante habituales.

Así, Gabriel Boric deberá pasar el 11 de marzo 2026 el gobierno a quien fuera su contendor en el Balotaje anterior, quien impondrá ahora lo que ha llamado un gobierno “de emergencia”, reduciendo muchos de los presupuestos fiscales, el número de ministerios y concentrándose en políticas de seguridad así como contra los inmigrantes.

El progresismo pierde así la oportunidad de seguir gobernando, tal como anteriormente ya ha sucedido en tantos países latinoamericanos, donde la ola de ultra-derechistas ha ido cobrando vigor en este momento histórico caracterizado por una fuerte crisis global.

Al conocerse los resultados, el Presidente Boric llamó por teléfono a Kast para decirle que «le presento mis felicitaciones porque ha obtenido un triunfo claro. Estoy  muy orgulloso de la democracia y le he pedido a todos mis colaboradores que estén a la altura de las coordinaciones que se requieran. Lo invito mañana al Palacio de La Moneda, para poder conversar cara a cara la continuidad necesaria».

Al reconocer su derrota, Jeannette Jara señaló: «Tengan claro que seguiremos trabajando juntos por un mejor país. Hoy la democracia habló fuerte y claro. Deseamos éxito a Kast por el bien de Chile. En la derrota es donde más se aprende y es donde más firme debe ser la convicción democrática. Seguiré trabajando para que la vida en nuestro país no sea cuesta arriba. Nos va a tocar ser oposición y el camino de la unidad es el único camino que vale la pena. Construimos una alianza amplia, histórica, tenemos una fuerza política, social y cultural que tenemos que cuidar. Hoy no hay espacio para el desánimo, hay una tarea que continúa. El trabajo, la justicia social, la democracia y el respeto a los derechos humanos deben seguir adelante y no retrocederemos. Seremos firmes en proteger lo logrado. Condenaremos la violencia, venga de donde venga. Por el bien de Chile, dejemos atrás las asperezas y la odiosidades que caracterizaron a esta campaña. Es crucial que sepamos escuchar y hacerlo con humildad. Debemos hacer una reflexión profunda sobre las condiciones que produjeron esta derrota. Me quedo con la esperanza de que un Chile justo es posible. La unidad es fundamental y tendremos que ampliarla y fortalecerla. La derrota siempre es breve, mañana se vuelve a trabajar, luchando con coraje y nos volveremos a encontrar, juntos y de pie.»

Si hay una palabra con la que podríamos definir al futuro gobierno chileno apoyado por todas las diversas derechas, es su característica de anti-humanismo que ha sido desplegada explícitamente durante esta larga campaña electoral.