“La fundición que nace sin dueño chileno y el riesgo de entregar el cobre industrial al extranjero”
EL ACUERDO QUE PONE A PRUEBA LA SOBERANÍA DEL COBRE
Chile es dueño del mayor yacimiento de cobre del planeta, y Codelco es la empresa estatal que simboliza esa soberanía. Pero hoy, en silencio, se abrió un acuerdo que podría alterar la arquitectura estratégica de nuestra principal riqueza. Un Memorándum de Entendimiento (MOU) con Glencore para construir una mega fundición parece, en apariencia, un avance industrial. Sin embargo, bajo la superficie hay preguntas que nadie responde, vacíos que nadie explica y decisiones que comprometen las próximas décadas del país. El cobre es más que un mineral: es política, es poder, es futuro. Y cuando se firman acuerdos de largo plazo en la antesala de un cambio de autoridades, la pregunta no es técnica. Es histórica. ¿Quién controlará el valor industrial del cobre chileno? ¿Chile, o una multinacional?
Esta columna examina ese punto.
- EL ACUERDO QUE SE FIRMA SIN DECIR LO ESENCIAL
Codelco con Altamirano y Glencore anunciaron un Memorándum de Entendimiento para construir una mega fundición de cobre en Chile. Una planta capaz de procesar 1,5 millones de toneladas de concentrado al año, con una inversión estimada de US$ 2.000 millones y un compromiso de Codelco para entregar hasta 800 mil toneladas de concentrado anuales durante 10 años, ampliables a 20. Es, en apariencia, un acuerdo técnico para ampliar capacidad industrial. Pero lo central no está en lo que se dijo. Está en lo que se ocultó. No se informa quién será dueño de la planta, cuál será la participación de Codelco, ni cómo se repartirán utilidades o decisiones estratégicas. Se firma un acuerdo industrial gigantesco sin transparentar la estructura de control.
Y cuando falta ese dato, falta todo.
- LO DICHO Y LO NO DICHO: CODELCO, PRODUCE, GLENCORE OPERA, CHILE ENTREGA
Lo único claro hasta ahora es esto: Glencore pone el capital, la tecnología y la operación. Codelco pone el concentrado del Estado chileno. Pero Chile no sabe todavía si tendrá propiedad de la planta, ni cuánta, ni en qué condiciones. Todos los medios (Reuters, Diario Financiero, Forbes, Bío Bío, Mining.com) coinciden en lo mismo: no se ha informado un solo porcentaje.
Y aquí debemos ser claros. El tema no es el Estado.
El tema es Máximo Pacheco. Sus estrategias son cuestionables, una tras otra, y esta llega justo cuando está por dejar el cargo.
Chile sí puede financiar US$ 2.000 millones. Lo ha hecho en Chuquicamata Subterránea, en Andina, en El Teniente. Chile no es un país pobre, ni frágil, ni improvisado. El Presidente Boric entiende perfectamente la importancia estratégica del cobre. Y además Codelco depende del Ministerio de Minería y Cochilco fiscaliza cada decisión relevante.
No se confunda nadie: Chile no recurre a Glencore.
- EL CORAZÓN DEL ACUERDO: EL ESTADO ASUME EL RIESGO, EL PRIVADO CAPTURA LA RENTA
Lo que hoy está sobre la mesa deja una ecuación simple: Codelco, dueño de la materia prima y del riesgo minero, se convierte en proveedor por 20 años. Glencore, dueño del capital y la operación, se convierte en capturador del valor industrial.
Es decir: el Estado chileno entrega concentrado (una materia prima que ya está parcialmente procesada) y Glencore toma el tramo donde se produce mayor valor agregado: la fundición, el refinado, la producción de ánodos y la eventual venta internacional. Este tipo de diseño no fortalece a Codelco.
Lo reduce a eslabón inicial. Y abre un espacio para que un privado extranjero capture la renta industrial del cobre chileno,
justo en el momento de mayor demanda mundial por electrificación.
- LA DIRECCIÓN DEL ACUERDO ES EVIDENTE, AUNQUE NO LA DIGAN
Cuando un MOU garantiza suministro por dos décadas, pero guarda silencio absoluto sobre propiedad y control, el mensaje es claro: lo único seguro es lo que Chile entregará, no lo que Chile recibirá. Codelco se obliga a alimentar la planta. Glencore se obliga a construirla y operarla. Pero nadie informa quién será dueño del activo que producirá valor por décadas Concentrado significa cobre al 30–35 % de pureza. Cada tonelada fundida en Chile produce cátodos, alambres, barras, planchas, motores eléctricos, conectores, transformadores. Ahí está el valor real.
Y hoy ese valor está en terreno incierto.
- CHILE PUEDE FINANCIAR SU PROPIA INDUSTRIA
La narrativa de Altamirano que “Codelco no puede solo” no resiste análisis. Chile tiene caja, crédito soberano sólido, instituciones fuertes y décadas de experiencia industrial. Si el Estado quisiera construir una nueva fundición, podría hacerlo Y si quisiera modernizar las existentes, también. Por lo tanto, esta asociación con Glencore no nace de necesidad, sino de una decisión estratégica del directorio actual.
Y es legítimo preguntarse por qué un directorio que está por cambiar toma decisiones que comprometen 20 años del cobre chileno.
- LA SOSPECHA INEVITABLE: UN ACUERDO FIRMADO ANTES DE SALIR
Es imposible ignorar el timing. Pacheco está a meses de dejar el cargo. Y justo ahora firma el acuerdo industrial más grande de Codelco en dos décadas. Un acuerdo que compromete producción futura define relaciones con un actor global y deja la caja negra de propiedad para “la etapa siguiente”, cuando ya no estará sentado en la mesa. No hace falta compartir una postura política para ver el riesgo al cerrar acuerdos estratégicos en su tramo final.
El directorio saliente amarra las manos del directorio entrante y del próximo gobierno.
- CHILE NO ESTÁ AMARRADO: EL MOU PUEDE IGNORARSE
Un Memorándum de Entendimiento no obliga a Chile a nada. No es un contrato, no es un acuerdo definitivo, no es una concesión, no es un pacto vinculante. Es apenas una posibilidad exploratoria, una declaración de intención que puede avanzar o morir sin consecuencias para el país. Y eso es importante decirlo con todas sus letras: Chile puede ignorar este MOU cuando quiera, porque no compromete ni la propiedad ni la producción ni la política industrial del cobre.
Si el próximo directorio de Codelco considera que este diseño es opaco, desequilibrado o contrario al interés nacional, puede cerrar la carpeta y empezar de nuevo. Sin pago de multas. Sin litigios. Sin obligaciones retroactivas. El Estado chileno sigue siendo dueño de su cobre, de su producción y de su destino industrial.
Nada en este documento obliga a entregar concentrado a Glencore por 10 o 20 años. Nada exige construir la planta. Nada obliga a aceptar un porcentaje de propiedad adverso. Nada compromete a Chile más allá de conversar.
- El país no está atrapado.
- El país no está obligado.
- El país conserva toda su soberanía en este punto.
- Lo único vinculante será el contrato final, si se firma.
Y eso depende de Chile, no de Codelco ni de Glencore.
- CHILE DEBE SER DUEÑO DE SU MATERIA PRIMA Y DE SU INDUSTRIA
Chile no puede limitarse a extraer y vender concentrado. Chile debe dominar los cuatro eslabones:
- Propiedad del recurso.
- Explotación minera.
- Procesamiento metalúrgico (fundición y refinado).
- Transformación industrial:
- cables,
- motores eléctricos,
- bobinas,
- conectores,
- sistemas de transmisión,
- insumos para energías renovables.
- Y miles de elementos individuales que son de cobre
Ese es el camino al desarrollo real. Ese es el salto que hicieron Japón, Corea, Alemania y China. Ese es el salto que Chile aún no da, porque sigue entrampado en acuerdos donde el valor industrial termina en manos ajenas.
Una nueva fundición podría haber sido el inicio de una política industrial profunda. Pero para que eso ocurra, debe ser chilena, con control chileno, con valor capturado por Chile.
Sin eso, solo reproducimos el viejo modelo: extraer aquí, industrializar afuera.
EL PAÍS QUE NO PUEDE ACEPTAR OPACIDAD EN SU RECURSO ESTRATÉGICO
Esta columna no acusa privatización legal, porque no existe. Pero sí denuncia lo evidente: cuando el Estado pone la materia prima y un privado extranjero pone la planta, y nadie dice quién controla la propiedad ni la renta industrial, ya comenzó una privatización funcional del cobre chileno.
- Chile merece transparencia.
- Merece propiedad clara.
- Merece control estratégico.
- Merece una industria del cobre que transforme su propio metal en cables, motores, tecnologías y valor real, no oportunidades cedidas a multinacionales….
BIBLIOGRAFÍA
Organismos Internacionales
- International Copper Study Group (ICSG). World Copper Statistics Yearbook.
- SIPRI – Stockholm International Peace Research Institute. Yearbook on Global Military and Industrial Capabilities.
- World Bank. Commodity Markets Outlook (series cobre, industrialización y materiales críticos).
- State-Led Industrialization and Global Value Chains.
Instituciones y Reportes Técnicos
- Cochilco – Comisión Chilena del Cobre.
- Anuario Estadístico del Cobre y Otros Minerales (últimas cinco ediciones).
- Proyección del Mercado del Cobre 2030–2040.
Codelco.
- Memoria Anual, Reportes de Desarrollo Sustentable y Estados Financieros Consolidados.
- Annual Report & Sustainability Review, con secciones de fundiciones y refinerías.
- IEA – International Energy Agency.
- The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions (2021–2023).
Casos Internacionales de Fundiciones Estatales
- JX Nippon Mining & Metals (Japón). Corporate History and Refining Capabilities Report.
- POSCO & LS Group (Corea del Sur). Corporate Sustainability & Industrial Policy Documents.
- Hindustan Copper Limited (India). Annual Reports.
- Boliden (Suecia). Smelter Operations Overview.
Análisis Académico y Estudios de Política Industrial
- Amsden, A. Asia’s Next Giant: South Korea and Late Industrialization.
- Chang, H-J. Kicking Away the Ladder: Development Strategy in Historical Perspective.
- Ocampo, J.A. La Industrialización en América Latina: De la Sustitución de Importaciones a la Competitividad Exportadora.
- Rodrik, D. Industrial Policy for the Twenty-First Century.
Prensa Especializada y Medios Mineros
- Cobertura del MoU Codelco–Glencore (2024).
- Diario Financiero (Chile). Sección Minería y Energía.
- com análisis de fundiciones, costos y capacidad global.
- Metal Bulletin reportes sobre refinación y mercados de concentrado.













