Por António Mota Redol (*)

Residuos nucleares vertidos en el mar gallego

El diario digital infolibre publicado en Madrid en español y Praza.gal publicado en gallego informaron el pasado 29 de junio de que el buque oceanográfico francés L’Atalante estaba identificando los primeros 1.000 bidones de acero y hormigón que contenían residuos radiactivos en el fondo marino de la Fosa Atlántica frente a Galicia.

Se trata de la misión Nodssun, iniciada el 15 de junio, con el submarino robot Uly X, que puede alcanzar los 6.000 metros de profundidad. El objetivo es evaluar el estado físico de los bidones (algunos de los cuales llevan allí más de 70 años), medir la radiactividad del agua de mar, los sedimentos y los organismos vivos. La longevidad de los bidones ha sido uno de los problemas más discutidos, porque se sabe que se produce corrosión. Tampoco sabemos cómo se comportarán los bidones que contienen productos altamente radiactivos, cuya vida media es de muchas decenas de miles de años.

Al fin y al cabo, fue Francia quien decidió poner en marcha la vigilancia a través del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). Es importante saber que muchos científicos del CNRS, así como técnicos del Commissariat à l’Énergie Atomique (CEA) -organismo que estuvo en el origen de los programas nucleares militar y civil franceses, con una importante actividad investigadora y que diseñó y fabricó los primeros reactores nucleares franceses- son muy críticos con el programa nuclear francés.

Estos residuos, que suman 140.000 toneladas, fueron vertidos entre 1949 y 1982 por Bélgica, Reino Unido, Países Bajos y Suiza. La organización ecologista Greenpeace llevó a cabo una investigación sobre el asunto en 1982, que causó tal controversia que el vertido de residuos en la Fosa cesó.

Entretanto, se ha publicado un mapa que muestra 12 lugares donde se han vertido residuos radiactivos.

Praza.gal realizó una investigación en 2017 con una docena de organizaciones internacionales y españolas, concluyendo que ni las autoridades españolas ni la Comisión Europea prestaron atención al problema y que las últimas informaciones eran de 1990 y 2003.

Tras conocerse la reciente misión, una diputada gallega advirtió a la Comisión Europea de que no estaba haciendo su trabajo de supervisión.

Pocos días después habían sido detectados 1.900 bidones.

Residuos nucleares también vertidos frente a las costas de Nazaré y las Azores

Cabe recordar que durante muchos años el Reino Unido vertió residuos radiactivos en el cañón de Nazaré, lo que años más tarde dio lugar a una protesta ante la embajada portuguesa por parte de ecologistas portugueses, entre ellos António Eloy, que, en esta vez, no llegó a ser detenido.

El capitán Costeau también denunció la presencia de este tipo de residuos en contenedores ya abiertos en las Azores.

En cuanto a estos emplazamientos en Portugal, no consta que el Laboratorio de Protección y Seguridad Nuclear, dependiente del IST, los controle. ¿No debería algún diputado o medio de comunicación preguntar al gobierno?

Agua radiactiva frente a Fukushima

No debemos olvidar tampoco los millones de toneladas de agua radiactiva resultantes del grave accidente de Fukushima, parte de las cuales se han vertido al mar, los numerosos vertidos de centrales nucleares de todo el mundo al mar y a los ríos debido a «incidentes», que provocan una peligrosa contaminación radiactiva del agua. Y los numerosos casos que han sido camuflados por empresas y autoridades.

 

 

(*) António Mota Redol es antiguo técnico de la Junta de Energía Nuclear de Portugal y especialista en Planificación y Economía de la Energía de EDP y REN.