POEMA
Países diferentes,
dos siglos diversos,
dos seres distintos.
Uno fue digno hijo
del Río de la Plata;
médico altruista,
alma revolucionaria,
de estirpe
tradicional.
El otro es de
familia de inmigrantes,
que construyó
poder al andar.
Uno amaba a la
Patria Grande
y en especial a
Cuba,
como el mismo
Martí.
El otro logró
formar parte
privilegiada,
del gobierno del
Águila Imperial.
Uno dejó su cómodo
pasar,
y dio su vida,
ejecutado,
luego de luchar
en pos de su
Ideal.
El otro actúa,
contra los
inmigrantes y
promoviendo
el infame
bloqueo,
contra su
Isla ancestral.
Ambos me
recuerdan la
inmortal canción
de Serrat,
pero a diferencia
de los versos
del Nano,
«…ni bailaron ni se
dieron la mano…».













