Se ha ido Joke, la mujer que construía barquitos de papel de flores para despedir a los migrantes muertos en cayucos que llegan a El Hierro.
Este viernes 13 de junio, El Hierro ha perdido a una presencia discreta pero imprescindible. Joke, la mujer que construía barquitos de papel y flores para despedir a los migrantes muertos, ha partido en silencio. No era de aquí, ni de ningún lugar. Era una extranjera en la vida, de esas que eligen habitar las grietas y no las tribunas.
Durante años ha sido una de las manos que se posaba sobre los ataúdes sin nombre. Mientras otros hablaban de crisis migratoria, ella respondía con gestos mínimos: encender una vela, colocar una flor, doblar un papel. Humanizar el final.
No buscaba homenajes. Solo acompañar. Pero hoy El Hierro la llora como se llora a los imprescindibles.
Joke ya no está, pero queda su manera de estar. Su rastro no se borra: quedó escrito en cada despedida, en cada niño que no tuvo a nadie más, en cada ceremonia sin discurso.
Desde hoy, quizás, encienda guirnaldas en la estrella más remota. Allí donde nadie es extranjero.
El Hierro llora por Joke.
“No digas que partió,
di que el mar aprendió su nombre.
Y que ahora, cuando rompe,
lo pronuncia bajito.”
Mucha fuerza a su familia y amistades.
Hasta siempre, Joke.













