Los estudiantes son el baluarte de la libertad y su ejército más firme”, decía José Martí.
Lo demostró Fermín Valdés Domínguez, dedicando su vida a la defensa de sus hermanos muertos el 27 de noviembre de 1871, y siendo también uno de los más heterodoxos y reflexivos analistas de los problemas internos de la cultura política cubana de la independencia, en su Diario de soldado.
Lo hizo Mella, asesinado a los 26 años, cofundador de la FEU, quien comprendió que la revolución social en América era imprescindible para impugnar esas “factorías llamadas Repúblicas, donde gobiernan hombres iguales, peores algunas veces, que los virreyes y los capitanes generales españoles”.
Lo hizo también José Antonio Echeverría, muerto antes de los 26, cuyo pensamiento repudiaba tanto el “10 de marzo” (el día del golpe de Estado cometido por Fulgencio Batista) como el “9 de marzo”, es decir, haciendo la denuncia integral del estatus en que había devenido el régimen pos-1940, al afirmar: “La Revolución cubana va hacia la superación de las lacras coloniales y de los males de la independencia, hacia la liberación integral de la nación, libre de toda injerencia extranjera así como de toda perversión doméstica, hacia el desarrollo integral de las potencias materiales y espirituales del país y hacia el cumplimiento de su destino histórico.”
Lo están haciendo ahora zonas de la FEU en Cuba, así como algunos claustros que las han acompañado con toda dignidad, y eso es ya parte de esa historia.
Su movilización forma parte de las luchas por la república en Cuba, que saben que esta, cuando es un ideal democrático, supone un ejercicio muy consciente y una demanda exigente del cumplimiento de deberes y derechos; una práctica de participación cívica y una conciencia igualitaria sobre el significado de ser ciudadanos, un ideal que pone, en primer lugar, la igualdad política y social.
Ante la oferta corporativa de ETECSA al gremio de estudiantes, esas zonas de la FEU están respondiendo en defensa del sujeto político de la república: el pueblo. Ante las amenazas, están defendiendo el derecho a la protesta —el primero de los derechos—; ante el “paternalismo” de Estado (el paternalismo es siempre una forma de autoritarismo), que los llama, como siempre, “confundidos” e “incitados desde el exterior”, han producido algunos de los documentos políticos más importantes de Cuba en las últimas décadas.
Soy profesor desde que me gradué en 1997 hasta hoy. Fui presidente, con mucho orgullo, de la FEU de la UH entre 1995 y 1996. Lo digo solo para expresar en voz alta que, desde mi historia personal y como ciudadano cubano, apoyo completamente las expresiones de la FEU contra el tarifazo de ETECSA (el nombre puntual de un paquete mayor de perfil antinacional y antirepublicano).
Y lo digo para reafirmar que la esperanza, cuando parece completamente perdida, siempre encuentra una puerta para reaparecer.













