En un año de encrucijada y definiciones electorales para América Latina, Ecuador inicia la ronda el próximo domingo 9 de febrero, con una población atemorizada y apática, asediada por un clima de violencia y de polarización política.
La embestida de la ultraderecha, representada en el actual presidente – candidato Daniel Noboa, heredero de la mayor fortuna del país, ha logrado ampliar adhesiones de diferentes públicos, con altísima inversión, mediante la desinformación y la manipulación de propaganda adaptada a sus perfiles respectivos. Con publicaciones pagadas y ejércitos de troles, que difunden noticias falseadas en redes sociales y el copamiento de los medios de comunicación corporativos, se ha agudizado la polarización de la sociedad, envenenando el clima social. “Esta campaña, que ha sido tan desigual, con la narrativa de ‘hombre fuerte’ de Noboa, podría explicar que la gente aún lo vote”, destaca Franklyn Ramírez, docente de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO (DW-US LATM, 05/02/2025).
Una de las ‘grandes mentiras’ sobre las que se asienta la campaña oficial es la oposición entre el ‘viejo Ecuador’, aludiendo a la década pasada del gobierno progresista, y el ‘nuevo Ecuador’, una versión de la vieja oligarquía, sin legado, sin historia y autoritaria, sustentada en la venta de la ‘seguridad’, con una sociedad militarizada y una democracia que socava el Estado de Derecho. A pesar de la oferta oficial, la violencia sigue arreciando en Ecuador, con un aumento en el mes de enero del presente año, de 56% de muertes violentas con respecto a 2024, con un asesinato por hora, según datos del Ministerio del Interior y la Policía Nacional. La crisis económica, por su parte dejó en 2024 a un 25 % de la población en la pobreza, con un ingreso mensual familiar per cápita menor a 91,55 dólares, según un informe de junio de 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Con el lema de “revivir al Ecuador” en lo social, económico y ambiental, se presenta como principal rival la representante de la tendencia ‘progresista’, abogada y experta en economía y desarrollo Luisa González, Secretaria Nacional de la Administración Pública de Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), quien ya fuera candidata a presidenta en 2023. Presenta un plan de gobierno centrado en la justicia social, la reactivación económica y el respeto a los derechos humanos, que incluye también la priorización de la inversión social, con programas que apunten a mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables, la lucha contra la evasión fiscal, el fortalecimiento del multilateralismo y la revitalización de la integración regional (Metro Ecuador, 05/02/2025).
Por su parte, los Pueblos indígenas tienen a su dirigente nacional, Leonidas Iza, como candidato del Movimiento Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. En su plan “El abrazo del Pueblo” https://bit.ly/LEONIDAS2025, propone un “Ecuador soberano”, “sin miedo y sin violencia”, “con vida digna y alimentos para todas y todos, con acceso a la tierra y el agua”, priorizando la economía popular y solidaria como primera fuerza productiva”. La mayoría de los candidatos apuestan por más petróleo y minería, solo la propuesta nacida del movimiento indígena y social defiende un modelo que protege la selva, los derechos colectivos y el clima.
Ecuador requiere un cambio de rumbo radical, para salir de la violencia social y personal, la desocupación, el desarraigo, la desconfianza, el odio, el temor y el miedo. Esto supone, por una parte, la modificación de la legislación y las políticas de seguridad basadas en la fuerza militar, la represión y el armamentismo. Por otra, la educación de las poblaciones para la Paz y No Violencia, que conduzca a una transformación cultural de creencias como aquella de que la violencia es natural, inevitable, útil y eficaz, así como hábitos tan arraigados en el capitalismo contemporáneo como la discriminación, el odio, la venganza, la competencia o el propio beneficio a costa de los demás. La gran deuda que tenemos todos es emprender un largo camino de reconstrucción del tejido social, de los vínculos rotos por la violencia, de elegir la colaboración.
“…no nos atrevemos a descansar en paz, mientras se permita que el veneno del odio impregne la sociedad”, repetía Gandhi.
“Si aspiramos a un futuro mejor, humanizado, necesitamos potenciar las imágenes de un nuevo paradigma, que se apoye en una cultura de reconciliación y paz”, recomienda, por su parte, la agencia internacional de noticias Pressenza en su publicación “Periodismo No Violento” (2022).













