El ex candidato presidencial del Partido Humanista, Tomás Hirsch, y Marilen Cabrera, vocera de la colectividad, contraponen la acción del gobierno. Aseguran que es poco representativo y se aleja de una Asamblea Constituyente.

Frente al nombramiento público del concejo ciudadano de “observadores” de la Constitución, que dio a conocer la Presidenta Michelle Bachelet, el vicepresidente del PH, Tomás Hirsch aseguró que esta acción obedece a un elemento de distracción por parte del gobierno para evitar una Asamblea Constituyente.

“Necesitamos una nueva constitución a través de una Asamblea Constituyente (AC), que le devuelva el protagonismo y la participación a la ciudadanía, que permita terminar con esta eterna transición, que es el resultado de tener todavía la Constitución de la dictadura”, aseguró Hirsch.

El ex candidato presidencial agregó que, “todo este asunto del concejo ciudadano, me parece que es más bien algo secundario, de marketing, que trata de demostrar que aquí hay una gran participación, porque hay algunas figuras públicas, y desde ese punto de vista tiene bastante farandulización.”

“Observadores” del proceso constituyente

El gobierno dio a conocer los diecisiete elegidos que conformarán el concejo ciudadano de observadores de la Constitución. Grupo seleccionado por la propia mandataria en compañía del ministro Nicolás Eyzaguirre.

En la lista aparecen nombres vinculados principalmente al mundo del derecho, del sector empresarial, de las comunicaciones, de la cultura, las artes y del deporte, dejando fuera a varios grupos sociales movilizados, como los estudiantes, los inmigrantes, los jubilados, los representantes de la diversidad sexual y de los pueblos originarios.

“La Presidenta podría haber aprovechado esta oportunidad para dar una señal mucho más inclusiva, una señal de que debe escuchar la voz de los sectores más amplios del país que normalmente no están representados.”, añade el vocero del Partido Humanista (PH), Tomás Hirsch.

“Hoy en día el desprestigio de las instituciones es tan grande, que quienes tienen que observar el seguimiento a un proceso de este tipo, son efectivamente los ciudadanos. Ni los diputados ni los senadores, que son los que se supone están para mantener el orden en el país. Acá yo veo lamentablemente una operación de esconder el hecho de que va a ser el Congreso, que está totalmente desacreditado, el que va a definir el mecanismo.”

Tres mujeres integran el proceso

Marilén Cabrera, vicepresidenta del PH, analiza también la situación y expresa, que “aun cuando pusieran más mujeres e igualaran la representatividad en cuanto a género, esto no resolvería nada porque el proceso completo es un chiste, una burla para los ciudadanos. Quieren hacernos creer que se está haciendo algo bien, pero es un maquillaje, retoques a la estructura para que creamos que hay modificaciones, pero no son los ajustes de fondo que el pueblo demanda”.

“Queda demostrado con la selección de los observadores que este proceso sigue la misma línea de querer beneficiar a los mismos de siempre y ocultar la poca transversalidad”, agrega Cabrera.

Dudas y cuestionamientos que comienzan a aparecer al momento de hablar de representatividad y transformación estructural, sobre todo cuando la última encuesta Cadem demuestra que existe un 77% que está a favor de cambiar la Carta Magna construida bajo la dictadura de Pinochet, y de esos el 61% lo cree prioritario y bastante importante para nuestro país, avalado por un 43% que cree que la vía para realizar esta modificación total es a través de una AC.

El llamado de Tomás Hirsch es a hacer un plebiscito y que se consulte a la ciudadanía respecto del mecanismo constituyente. “Personalmente, nosotros los humanistas estamos por una AC. Si la ciudadanía optara por otro mecanismo, pues bien habrá que respetarlo, pero ese es el modo de definir cómo queremos una nueva constitución: con una consulta ciudadanía y no con todas estas formas, que ponen la atención en lo secundario y no en lo primario.”

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