Por: Tomás Hirsch

Este royalty a la producción de cobre y litio que hemos aprobado, y por el que por tantos años luchamos, significa innumerables beneficios para las familias de nuestro país. Es un hecho histórico, trascendental, solo comparable a la nacionalización del cobre a comienzos de los años 70.

Finalmente, después de décadas de insistencia, hemos aprobado en forma muy mayoritaria un verdadero royalty minero para el cobre y el litio. Por demasiado tiempo Chile ha visto cómo los enormes recursos económicos generados por nuestros minerales engrosaban las arcas de gigantescas multinacionales y conglomerados nacionales sin que nuestro país recibiera lo que le correspondía por ser el verdadero propietario de estos valiosos recursos. Hoy eso ha cambiado y, qué duda cabe, este es un hecho histórico, trascendental, solo comparable a la nacionalización del cobre a comienzos de los años 70.

Cuando me tocó asumir como candidato presidencial, en los años 1999 y 2005, uno de nuestros pilares programáticos era implementar un royalty para que la industria minera aportara a las arcas fiscales por las inmensas riquezas que extraían y compensara al menos en parte por los desastres ecológicos que su negocio dejaba. Casi dos décadas después hemos tenido una votación que hará historia, ya que dejaremos en el pasado la mezquindad de quienes han extraído nuestra principal riqueza, y pondremos en el centro a las personas y las comunidades que más lo necesitan en el país.

Estamos hablando de alrededor de 1.500 millones de dólares anuales en régimen. Tratemos de poner en imágenes esos números. Con esos recursos, se podrían construir anualmente más de 40 mil viviendas sociales. Si a esto le sumamos el Plan de Emergencia Habitacional, el déficit de vivienda disminuiría al año 2026 en más de un 60%; es decir, 6 de cada 10 familias que hoy no cuentan con vivienda podrían acceder a ella con el monto de este royalty. Y en 15 años se podría eliminar TODO el déficit habitacional.

En la salud, significaría la construcción de 6 hospitales de alta complejidad al año. Las regiones podrán mejorar su infraestructura caminera. Las comunas podrán contar con más recursos para salud, educación, plazas y áreas verdes, espacios deportivos. Este royalty que hemos aprobado, y por el que por tantos años luchamos, significa innumerables beneficios para las familias de nuestro país.

Pero, más allá de lo que se recaudará con este royalty, me gustaría poner el acento en algo de lo que se ha hablado poco. Tomando desde finales de los años 60 y comienzos de los 70 con la nacionalización del cobre, es decir algo más de 50 años, si hubiésemos tenido un royalty decente, y que no nos hubieran dejado solo las sobras de la extracción de las grandes mineras, Chile podría haber recaudado entre 27 mil millones y 50 mil millones de dólares según diversas estimaciones, dependiendo del precio y costos del cobre.

Son cifras gigantescas que nos dicen que por décadas nos farreamos como país una oportunidad única de resolver los problemas más graves y urgentes de Chile.

No cometamos ese error nuevamente. Hoy, que surge una nueva riqueza como es el litio, nuestro gobierno está comprometido con la creación de la Empresa Nacional del Litio que beneficie a las y los chilenos. Nunca es tarde para enmendar el rumbo.

Con este importante proyecto de ley, resultado del empuje de décadas de lucha, y sobre todo con la priorización que le dio el Presidente Gabriel Boric, empezaremos a hacer justicia social en estas antiguas y profundas demandas.

Tomás Hirsch
Diputado de Acción Humanista por el Distrito 11 (La Reina, Peñalolén, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea).