CUENTO

 

Es difícil darle nombre a algo inatrapable e informe, a algo que no se puede oxidar, ni corromper, ni detener. Pareció ser en su momento que el apelativo “la cosa” era el más apropiado para los intereses y objetivos de la época. Sepamos que en toda esta serie de diminutas ficciones llamaremos “la cosa” a “la Escuela”. El milenario ámbito de la mente universal y gran inspirador de diversas corrientes de pensamiento.

Horacio Mesón

Serie El Multiverso, IV

La monotonía no está en el paisaje sino en el registro de sí. Sabemos que en el mundo carnal los paisajes externos condicionan e influyen con sus formas, con sus colores y con su estética. Pero aquí es muy distinto ya que no hay adentro, ni afuera. Podríamos decir que las proyecciones que utilizamos para comunicarnos son parte de ese afuera, pero no es así. En nosotros resuena esto: “en nosotros”, no hay ni lo uno, ni lo otro…

Es el primer encuentro de “la cosa” del que participo desde que llegué a este plano. Todo este “tiempo” ha sido para nivelarme, uno no llega sabiéndolo todo. Cuando se arriba por aquí, inmediatamente y determinado esto por grados de interés, se manifiestan cadenas de comprensiones súbitas. Multiples asociaciones enriquecedoras, inesperadas e inimaginables. Se abren nuevos espacios, es centrífugo, es como un caleidoscopio.

Se avanza si esto es un objetivo, si no se puede flotar a la deriva entre paraísos queridos y soñados gozando los beneficios de la condición de origen. Todas las demás entidades participantes se encuentran en la misma situación, están cerrando la nivelación y familiarizándose con el estar –aquí y ahora– permanente.

El intercambio es maravilloso, estamos seres de todos los tiempos. No existe un cielo para cada época, es el mismo para todas. Están los que parten y abandonan la vida física en el pasado, en el presente y en el futuro. Convivimos aquí, somos juntos los tres tiempos.

Este plano en el que nos encontramos, milenario y trascendental, no es monopolio de los terráqueos, si apenas somos un átomo de una partícula del cosmos infinito. Hay otras y otros seres que son de “la cosa”. Démosle a la imaginación aunque sea la posibilidad de jugar. Para los que gustan de la diversidadm aquí la van a encontrar. Todo es de una rareza tan familiar, morfologías y colores diversos, ropajes extraños. Siempre hablamos de lo que llamamos proyecciones, por ponerles un nombre.

Menciono solo algunas procedencias: los hay pitagóricos, siloístas (soy uno de ellos), socráticos, platónicos, hesenianos, budistas, etc., etc., etc. Algunos mantienen su vestimenta –entiendo que es una manera de estar en lo que se quiere estar–, por ejemplo unos lamas. Nunca hablamos de género y es así porque no es un tema de interés, cada uno es lo que quiere ser y vale todo.

Están tratándose dos puntos: las nuevas misiones uno, y el otro es elegir la época y el destino que tendrán esas misiones y quienes serán los enviados.

Habrá un cuarto intermedio por la necesidad de hacer uso del registro akashico, y así poder entender en profundidad los distintos momentos de proceso en las distintas eras para las que se propusieron las misiones. Con ese conocimiento podremos definir en qué punto del universo concentraremos toda nuestra energía y potencia. Propuse el momento histórico del que provengo por motivos evidentes… por la urgencia del caso, tendré que fundamentar.

Se intentará recabar toda la información necesaria sobre las distintas situaciones. Se propone un nuevo encuentro entre maestras y maestros en donde se decidirá qué y quiénes. Luego de lecturas de procesos históricos e interpretaciones psicosociales y luego de analizar los distintos tipos de escenarios, decidiremos. Y en ese preciso instante avanzaremos con toda la resolución y toda la fuerza.

¡Paz, fuerza y alegría!