PINTURA

 

 

 

 

Por Guillermo Amaya Brenes

‘Le Déjeuner sur l’herbe’ fue la obra que dio a conocer a Édouard Manet de un día a otro. La causa, como suele ocurrir en la historia del arte, no fue la buena acogida que tuvo sino todo lo contrario. Esta obra fue rechazada en el Salón de París de 1863 (exposición oficial de la Academia de Bellas Artes de París) y expuesta en el Salon de Refusés (Salón de los rechazados), que surge como alternativa al hermetismo academicista de aquel momento.

¿Por qué esta obra fue rechazada? Los motivos son múltiples y en todos los casos significativos en cuanto a lo que supone el impresionismo como antesala del arte moderno:

Temática. La mayor parte de las reprobaciones vertidas sobre la obra, lo que   escandalizaba era el tema que se trataba en ella. La yuxtaposición de las cuatro figuras que aparecen en esta (dos hombres vestidos, una mujer desnuda y otra semidesnuda) atacaba a la moralidad de la época. Además, los hombres visten ropas al estilo de los dandis, lo que deja entrever su pertenencia a una clase social media-alta.

Técnica. Muchas de las críticas que se centraban en el aspecto técnico de la obra se dirigieron hacia los fuertes contrastes tonales utilizados. En la época era habitual el uso de sutiles degradaciones cromáticas y tonales que favorecía la visión del paisaje en cuestión. Con la aplicación de dichos contrastes, Manet consigue que el juego de luces y sombras otorgue un protagonismo indiscutible a la controvertida escena. De manera similar, Manet muestra un mayor esfuerzo en las pinceladas de las figuras humanas que en las vegetales, afianzando el foco de atención sobre estas figuras. Una excepción en toda esa lluvia de críticas fue el bodegón que aparece en el primer plano a la izquierda. La mayoría de los críticos coincidía en la brillantez y exquisitez de la aplicación de la luz y el modelado a la hora de llevar a cabo dicho bodegón.

Composición. En ‘Le Déjeuner sur l’herbe’ Manet desafía también el uso de la perspectiva que predominaba desde el renacimiento, rompiendo el sentido real de la profundidad y la proporción. Las figuras son planas y la figura del fondo no guarda una coherencia proporcional respecto al resto de figuras ni de elementos (como la barca). En esta obra se puede entrever la incipiente influencia oriental en la trayectoria de Manet.

Polémicas forzadas. En toda la escena únicamente aparecen dos animales, una rana en la esquina inferior izquierda y un pinzón en la parte central superior. Muy posiblemente ambos son integrados por el artista sin ninguna intención más que la de añadir elementos propios del paisaje representado. No obstante, se dijo que la rana podría ser una sutil burla a Tiziano, ya que ‘Le Déjeuner sur l’herbe’ parecía un homenaje a “Concierto campestre‟ del maestro renacentista italiano. En cuanto al pinzón se decía que se alzaba en la obra como lo hacen las palomas en multitud de obras religiosas, representando al espíritu santo. Una comparación que podría suponer una mayor ofensa para los sectores conservadores.

Todos estos elementos controvertidos, sumados a otras obras de Manet y la de otros artistas de aquel momento implicaron cambios dentro del impresionismo, cuestionando las estrictas pautas academicistas y suponiendo una evolución en la pintura y en la historia del arte. Como decíamos, surge la antesala del arte moderno con todo lo que ello conlleva. Muy probablemente todos esos aspectos “revolucionarios” en ‘Le Déjeuner su l’herbe’ fueron los que Pablo Picasso se fijara y casi se obsesionara con esta obra.

La relación entre Manet y Picasso gira al modo circular del eterno retorno. En su inagotable girar, los/as 17 artistas invitados/as a esta exposición, convergen y toman parte de esa ineludible obligación que consiste en beber continuamente de las fuentes de la historia del arte.

En la Galería César Sastre de Sevilla podéis apreciar con detalles todas y cada una de las obras de estos 17 artistas invitados que nombramos a continuación.

Ángel Alén, Simón Arrebola, Montse Caraballo, Juan José Fuentes, Marijosé Gallardo, Abel García, Concha Gavilán, Rafael Jiménez, Miki Leal, Pablo Merchante, Pedro Mora Frutos, Javier Parrilla, José Miguel Pereñíguez, Cristóbal Quintero, Lucía Tello, Miguel Scheroff, Concha Ybarra.

 

 

Galería César Sastre

Calle Martín Villa 5, 5º Sevilla

Tlf. 670 619 512

www.cesarsastre.com