En Estados Unidos, Alemania, Italia, los Países Bajos, Francia, Chile, Argentina, Hungría, Eslovaquia, Austria y otros, los movimientos políticos de extrema derecha han ganado espacio, están en el poder o han ganado las últimas elecciones. Un fenómeno de rápido crecimiento que no se veía desde hace mucho tiempo.

En cuanto al por qué de este desarrollo debemos volver a los años 70 y 80 del siglo pasado.

Con la llegada del neoliberalismo, exportado de los Estados Unidos y adoptado especialmente en todos los países europeos, todos los partidos del Ala Izquierda y del Centro se vendieron a esta nueva doctrina de “libre mercado” autorregulador sin interferencia de los gobiernos. Lenta pero constantemente el estado de bienestar de los derechos sociales y la seguridad, la salud gratuita, la energía pública y el transporte público se vendieron al mercado, a manos de empresas privadas (bancos, multinacionales, etc.). Las ganancias en los mercados de valores se convirtieron en el principal interés y los ciudadanos se vieron reducidos a ser consumidores de lo que el mercado les ofrecía. El tejido social fue desmantelado progresivamente y el individualismo se convirtió en el valor central. La izquierda política y el centro trataron de mantener su fachada social por un tiempo, pero para el año 2000 y más allá, la privatización de todos los activos de bienestar del estado estaban completos y los ciudadanos se enfrentaron a un costo cada vez mayor de su vida diaria. Y el descontento empezó a crecer.

Fueron especialmente los partidos de Izquierda y Centro quienes vendieron todo al sector privado y de modo incontrolable. Una grave traición a las poblaciones. Fue especialmente después del año 2000 que los movimientos de extrema derecha comenzaron a aparecer y crecer, aprovechando el descontento de los grandes sectores de las poblaciones de clase baja, llenando el vacío que dejaron los tradicionales partidos de izquierda y centro.

En América Latina, el experimento neoliberal se introdujo a través de violentos golpes militares, comenzando con Chile, que fue visto por los norteamericanos como el campo de pruebas perfecto. Fueron los golpes militares (apoyados y financiados por los Estados Unidos) los que aseguraron el desarrollo del neoliberalismo en América Latina. Y cada vez que un gobierno antineoliberal se levantaba en uno u otro país latinoamericano, se hacía todo lo posible para deshacerse de ese nuevo gobierno.

En América Latina, el objetivo del neoliberalismo era tener en sus manos todos los recursos naturales a través de sus (en su mayoría) multinacionales estadounidenses. Cuando los regímenes militares terminaron, todo lo que vino después continuó con la implementación de las Reglas Neoliberales.

En Europa, el objetivo era desmantelar completamente el estado de bienestar que fue visto como un obstáculo para el llamado “mercado libre”.

En el Medio Oriente, el neoliberalismo de África y Asia tuvo que ser impuesto a través de guerras de cambio de régimen, con el objetivo de tomar posesión de lo natural, causando flujos migratorios masivos.

El neoliberalismo fue y es lo opuesto al humanismo y ha causado destrucción y sufrimiento en todas partes. Ahora que se ha alcanzado su objetivo, la autocracia abierta y el autoritarismo han tomado su lugar. Y de repente en todas partes de la atmósfera política occidental, la inmigración y los inmigrantes son el enemigo número uno. Olas de inmigración causadas por las acciones violentas y las guerras de la OTAN y los Estados Unidos.

Es la traición de la izquierda y el centro durante 5 décadas lo que ha abierto la puerta al resurgimiento de los movimientos fascistas de extrema derecha. Que la gente vote por ellos se debe a que se sienten abandonados y traicionados por los partidos tradicionales y atraídos por el mensaje fuerte y claro que estos movimientos dan. Muy populistas pero directos. La desilusión vendrá después, cuando la extrema derecha haya ganado poder. Y entonces no quedará nada.

Tal vez este es el proceso de disolución que tiene que ser completado antes de que el Humanismo Universal pueda surgir en las mentes y los corazones de la gente. Mientras tanto, es primordial que las señales del humanismo y sus valores sean visibles en todas las sociedades como una luz en la oscuridad para convertirse en una torre de luz que muestra el camino hacia el refugio de salvación para la humanidad.