El pasado 17 de octubre tuvo lugar una jornada sobre «Armonía energética entre cuerpo y mente: corporalidad«, organizada por la Universidad de Verano del Humanismo Universalista de Parque de Toledo en colaboración con el Ayuntamiento de Aranjuez, y dentro de la XIII Edición de Jornadas sobre Salud, convocadas por dicho consistorio.
Con ello, la UVPT sigue avanzando en seguir su actividad de manera permanente a lo largo de todo el año y fuera del Parque de Toledo, donde tienen lugar las jornadas centrales de dicha universidad cada mes de septiembre.
En la jornada de Aranjuez, tuvieron lugar actividades diferentes: yoga (a cargo de Araceli Algar), biodanza (coordinada por Carmen Torcal y Arancha Pando) y qi gong (dirigido por Natsuko Ohta), habiendo sido precedidas de un encuadre acerca de la corporalidad, desde una mirada humanista, preparada por María Angélica Soler y expuesta por Alicia Barrachina y cuyo texto reproducimos a continuación.
Encuadre de M. Angélica Soler
Para comenzar me gustaría citar dos frases de un gran pensador humanista, Silo en su libro “La Mirada Interna!: “Aquí no se opone lo terreno a lo eterno” “Aquí hay alegría, amor al cuerpo, a la naturaleza, a la humanidad y al espíritu”
Desde el punto de vista del humanismo universalista, la corporalidad es la estructura humana que posibilita la vida. Es mucho más que un organismo que puede encontrarse sano o enfermo.
El cuerpo interactúa permanentemente con todas las capacidades humanas, desde las más básicas como la ubicación espacio-temporal, hasta las más sofisticadas como la definición del propio propósito de vida. Asimismo, los centros reguladores de respuestas conductuales influencian al cuerpo constantemente.
Muchas veces se ve esta relación desde una perspectiva simplista de causa-efecto al estilo de “si no tengo equilibrio de glucosa, esta afecta mis emociones y capacidad de concentración”. Lo cual, efectivamente, es cierto; pero es solo una parte de la constante interrelación entre las funciones vegetativa-emocional-intelectual.
Los seres humanos somos una compleja estructura, guiada por la intencionalidad que puede elegir (o no) avanzar hacia la felicidad o el sufrimiento.
Veamos con un poco más de detalle estas interrelaciones. Comencemos por la más básica, la relación entre el cuerpo y el movimiento. Es obvio que una adecuada o inadecuada nutrición posibilitará o no, el desplazamiento corporal. Sin una salud integral, nos ería posible realizar cierto tipo de ejercicios, aunque solo se trate de incorporarse.
Pero esta relación es recíproca. Sin un adecuado mantenimiento corporal, puede resentirse la salud irremediablemente. Un ejemplo reciente es el descubrimiento de los efectos del entrenamiento de alto rendimiento en atletas femeninas que consistía en la desaparición del período menstrual y que se consideraba normal, sin comprender la gravedad de tal síntoma.
Pasemos a la interacción cuerpo-emoción. El cuerpo constantemente envía señales a través del equilibro hormonal o la traducción de impulsos vegetativos que promueven o disminuyen ciertos estados de ánimo. Asimismo, las emociones, sobre todo las pasiones, pueden influir decisivamente en los procesos de debilitamiento o recuperación de muchos órganos. Es muy conocido el efecto de shocks emocionales en el corazón, pero existen innumerables casos de interacción.
Finalmente, existe una fuerte relación entre cuerpo-intelecto no solo por la investigación y el reconocimiento de sustancias, situaciones y trabajos corporales que pueden ayudar en la recuperación o detrimento de la salud, sino también por el desarrollo de una actitud generalizada en nuestra cultura de cuidado que antes no habíamos desarrollado. Un ejemplo claro es la dedicación a leer los ingredientes de los productos elaborados que compramos.
Como síntesis, vemos al cuerpo como el sustrato constante de la vida y necesitamos comprender la vasta gama de cuidados que necesitamos desarrollar para cuidarlo.
A medida que el cuerpo envejece, necesita de mayores cuidados y me gustaría terminar con algunas reflexiones:
– ¿Cuido mi cuerpo con cariño como el fiel compañero que posibilita mi existencia?
– ¿He aprendido a comprender sus debilidades y dejar de exigir respuestas que ya no puede dar?
Posteriormente se meditó e intercambió sobre estas preguntas.













