Luego del sorpresivo y contundente triunfo del NO en la consulta popular del pasado domingo 16, convocada por el presidente Noboa, el país late en alta intensidad; las calles, las plazas, los pueblos, las familias hablan, conversan, comentan. El NO ha despertado la voz que irrumpe y fluye sobre el dique del temor y el miedo, sembrados en los últimos ocho años de neoliberalismo, en el contexto de alta violencia, odio político, militarización y abandono del Estado.
Lo cierto es que casi dos terceras partes de la población ha frenado en las urnas la instalación de bases militares de Estados Unidos y ha rechazado la iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente para eliminar derechos contemplados en una de las constituciones más progresistas de América Latina, vigente desde 2008. Mientras tanto, el presidente Noboa embarcó rápidamente a Estados Unidos, con la derrota bajo el brazo y con agenda reservada, mostrándose incapaz de reconocer el rechazo mayoritario a su gestión sin resultados y a un gobierno autoritario que ofreció seguridad, pero instaló una guerra interna, gobernando mediante estados de excepción, con prepotencia, la amenaza y la mentira.
Los medios corporativos hablan en coro como actores políticos, intentando minimizar y tergiversar esta tercera derrota del Gobierno en los últimos meses. En efecto, el 16 de septiembre pasado, la sureña ciudad de Cuenca se levantó masivamente en defensa del agua, ante el incumplimiento oficial a tres consultas populares, al conceder la licencia ambiental a un megaproyecto minero con capitales canadienses (Pressenza, 16 -09 – 2025). En la misma semana, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) convocó a un Paro Nacional inmediato e indefinido, que duró tres semanas y recibió la más fuerte represión con saldo de 400 heridos, 200 presos y 3 asesinados por parte del Ejército y la Policía (Pressenza, 30-09-2025).
“Ya en la campaña —e incluso antes— varios de los voceros oficiales han señalado que quienes difieren de las acciones gubernamentales están con el narcotráfico. Esa narrativa profundamente antidemocrática ha funcionado para ahondar en una polarización que en esta ocasión ya no les dio réditos, pero tampoco abrió la puerta a la autocrítica”, ha destacado la periodista Ma. Sol Borja (Primicias, 19-11-2025). Frente a esa acción de resistencia, justa y digna de los pueblos indígenas, sobre todo de la Sierra, el paro le quitó a Daniel Noboa la posibilidad de jugar con ese doble discurso.
En la campaña nacional por el NO, promovida también por los Pueblos indígenas, el presidente de la CONAIE explicó de la siguiente manera su posición: “la gente está cansada de promesas que no se cumplen, de trabajar todo el mes y que no alcance, de vivir con miedo, de esperar un cambio que nunca llega, y ahora quieren hacernos creer que esta consulta va a cambiar algo, no lo va a hacer, esta consulta no trae seguridad, empleo ni salud, no toca los verdaderos problemas del país, mientras los precios suben y la vida se complica. El Gobierno busca cambiar la Constitución para tener más poder, mientras las familias siguen esperando soluciones, y detrás de todo esto pretenden borrar derechos como la educación gratuita, la salud, el trabajo digno, los derechos de la naturaleza, la consulta previa, libre e informada, la justicia indígena, el derecho a la resistencia, el Estado plurinacional e intercultural” (CONAIE, 12 de noviembre de 2025).
Ha quedado bastante claro que nadie puede adjudicarse esta victoria. Ha sido una campaña masiva y desconcentrada, sin capitales, sin televisión, ni compra de medios, resultado del trabajo creativo y sentido de múltiples movimientos sociales y políticos: de los pueblos indígenas, en primer lugar, de organizaciones de Derechos Humanos, ambientalistas, feministas, trabajadores, estudiantes, docentes, medios de comunicación, que quieren la paz, no la presencia militar extranjera en nuestro territorio, que se mantengan los derechos humanos consagrados constitucionalmente. “Existe un suelo histórico favorable a la Constitución de Montecristi (2008), pero se requiere que vuelva a estar vigente porque, lamentablemente, desde 2018 perdió vigencia”, destaca Agustín Burbano de Lara (La Base América Latina, 19-11-2025).
Somos de dos mundos, como el ‘Diablo Huma’ que tiene dos caras, una mirando hacia adelante y otra hacia atrás. Las dos terceras partes de ecuatorianos han apostado por reabrir su mirada al futuro.













