Ayer, 1 de septiembre, se marcó el inicio oficial del período de propaganda electoral en Honduras, dando luz verde a los candidatos y partidos políticos para conquistar a los votantes con sus propuestas de cara a las elecciones generales del próximo 30 de noviembre.
Durante los próximos 87 días, los aspirantes a cargos de elección popular tienen la oportunidad legal de difundir sus mensajes, fortalecer su imagen pública y realizar actividades proselitistas en todo el país. Esta etapa crucial culminará el 25 de noviembre, con el inicio del silencio electoral, un período en el que toda actividad de campaña debe cesar para permitir a la ciudadanía reflexionar sobre su voto.
El desarrollo de esta fase está regido por la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, que establece parámetros claros sobre el uso de medios de comunicación, realización de encuestas, concentración de simpatizantes y otras formas de propaganda.
Dicha normativa también contempla sanciones severas para quienes incumplan los plazos establecidos. Según el artículo 222, las multas por transgredir los tiempos permitidos pueden alcanzar hasta cincuenta salarios mínimos, ya sea para candidatos individuales o para agrupaciones políticas. A su vez, los artículos 215 al 241 y el 293 facultan al Consejo Nacional Electoral (CNE) para garantizar el acceso equitativo a los espacios de difusión.
A pesar de los avances normativos, persiste un vacío legal significativo: el uso de las redes sociales en las campañas no está regulado con claridad. Aunque las plataformas digitales han transformado la manera en que los políticos se comunican con la población, la ley aún no establece límites ni reglas específicas para este tipo de publicidad, dejando un terreno fértil para la desinformación y los ataques anónimos.
Este vacío representa uno de los principales desafíos del actual proceso electoral, especialmente ante el aumento de la polarización y la utilización de redes para campañas agresivas.
Desde distintos sectores de la sociedad civil y líderes de opinión, se ha hecho un llamado enfático a evitar el discurso de odio y los ataques personales, y a centrar la campaña en propuestas concretas, respeto y valores democráticos.
El analista político Olban Valladares instó a la ciudadanía a “elegir a los mejores” basándose en la calidad humana y profesional de los candidatos, y no en la espectacularidad del discurso político.
Por su parte, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, durante su homilía del domingo 31 de agosto, exhortó tanto a candidatos como a simpatizantes a evitar el uso de lenguaje ofensivo, especialmente en redes sociales. “En lugar de saturar las redes con odio, dedíquense a promover valores y construir país”, subrayó.
Con el reloj en marcha, Honduras entra en una etapa determinante para su democracia. Estos 87 días de campaña serán claves para que los ciudadanos puedan conocer, analizar y decidir con responsabilidad a quién confiarán el futuro del país. Más allá del ruido político, la ciudadanía exige una contienda basada en propuestas reales, honestidad y compromiso con el bien común.
El desafío está planteado. Ahora, son los candidatos quienes deben demostrar que están a la altura de las expectativas de un pueblo que anhela cambios profundos y un liderazgo digno.













