El 2025 marca un hito significativo en la historia del Foro de Cooperación China-África (FOCAC), que cumple veinticinco años desde su creación en el año 2000. Al conmemorar un cuarto de siglo de esta alianza, el mundo debe detenerse a analizar no solo las cifras o las inversiones millonarias —que alcanzarán los 360,000 millones de yuanes, equivalentes a unos 50,000 millones de dólares para el período 2025-2027— sino el verdadero latido humano que palpita en este puente que une continentes y culturas.

Desde sus inicios, el FOCAC no fue una simple plataforma diplomática: fue y sigue siendo un experimento audaz en la cooperación Sur-Sur que desafía la lógica tradicional del desarrollo, con África y China tomando protagonismo en la construcción de su destino. Más allá del intercambio comercial o la creación de infraestructuras, el mayor legado de estos 25 años es, sin duda, la formación de capital humano; la transferencia de conocimiento que, en esencia, prepara a una generación africana única capaz de gobernar, innovar y transformar su continente desde adentro.

Para entender la magnitud de este logro, basta advertir que desde hace cinco años China ha recibido más de 250 estudiantes africanos en programas de posgrado en ciencias naturales y sociales. Estos jóvenes, provenientes de más de 53 países africanos, en su mayoría cubren áreas estratégicas como la gestión pública, la economía rural para la modernización agrícola, la salud pública, la gestión ambiental, las energías renovables, las tecnologías digitales, el derecho internacional y la diplomacia pública.

Ejemplos vivos de esta cooperación son Mali, Tanzania, Senegal y Guinea Ecuatorial, entre otros, donde la capacitación de profesionales va acompañada por la creación de centros tecnológicos agrícolas y proyectos que incluyen desde la instalación de televisión vía satélite en aldeas remotas para expandir el acceso a la educación, hasta la implementación de tecnologías avanzadas para impulsar la productividad agrícola y la sostenibilidad ambiental.

Este relato cobra vida en voces como la de Agripina Bindang Bayeme Mangue, oriunda de Guinea Ecuatorial, quien cuenta cómo la inmersión cultural y académica en China la ayudó a comprender nuevas maneras de aprender y a adaptarse a un país que abre sus puertas a los jóvenes africanos con calidez y solidaridad. Un estudiante egipcio resume la esperanza compartida: “Solo estudiando en China podemos aspirar a un futuro mejor”.

En agosto de 2024, en un gesto que simboliza la intensidad de esta alianza, 63 académicos africanos de 50 países enviaron una carta al presidente Xi Jinping, destacando el valor de esta relación educativa y cultural. La respuesta oficial de Xi, emitida en 2025, resaltó que “el aprendizaje del idioma chino y los intercambios culturales son pilares fundamentales para la amistad y colaboración entre los pueblos”, y subrayó que “la formación de capital humano es la base para la modernización y desarrollo sostenible de África”.

El profundo sentido humano de estas palabras se traduce en un compromiso de más largo plazo: si se considera la inversión millonaria para este periodo —que alcanzará los 360,000 millones de yuanes, incluyendo 210,000 millones en créditos y 80,000 millones en asistencia directa— es evidente que la cooperación no es coyuntural, sino estratégica y estructural.

El “Plan de Acción de Pekín 2025-2027” identifica diez áreas clave que darán forma a la próxima etapa de esta alianza. Entre estas destacan:

1. El intercambio civilizatorio y académico, con la meta de formar a mil políticos africanos y establecer 25 centros de investigación conjunta (anciemento y transferencia de conocimiento).
2. La prosperidad comercial, impulsando la exención de aranceles para la totalidad de 100 líneas tarifarias de países menos desarrollados y llevando adelante proyectos de comercio electrónico.
3. La cooperación en cadenas industriales, con apoyo para el desarrollo local de cadenas de valor e impulso a más parques industriales.
4. La conectividad, diseñando 30 proyectos de infraestructura para mejorar la integración y el flujo regional.
5. La cooperación en desarrollo, con más de 1000 proyectos “pequeños pero significativos” para mejorar la calidad de vida.
6. La salud, con el envío de 2000 profesionales médicos y proyectos para el combate del paludismo y el fortalecimiento hospitalario.
7. El desarrollo agrícola, con capacitación técnica, innovación tecnológica y promoción de la seguridad alimentaria.
8. La cooperación en seguridad, preparando a miles de militares africanos en China y apoyando programas conjuntos.
9. La ciencia, tecnología e innovación, con financiamiento para proyectos de investigación y desarrollo, y formación especializada.
10. La protección ambiental y el desarrollo sostenible, con iniciativas para ciudades inteligentes y mitigación del cambio climático.

Estos ejes no solo reclaman inversiones económicas sino voluntad política y humana. Representan la traducción concreta de una filosofía que Xi Jinping recalcó como necesaria: “Para promover la modernización nacional se deben respetar las condiciones particulares de cada país y construir un camino propio que garantice derechos y oportunidades equitativas a todos” (FMPRC, 2024).

En el mismo sentido, líderes africanos como Samia Suluhu Hassan, presidenta de Tanzania, han enfatizado que “la formación de profesionales con experiencia internacional es requisito indispensable para la autonomía y el progreso”, valorando profundamente el apoyo chino en la capacitación juvenil (FMPRC, 2024).

Sin embargo, esta historia también se enmarca en un complejo tablero internacional, donde las tensiones, las resistencias y los retos de la cooperación global exigen vigilancia ética y compromiso mutuo. China y África, a través del FOCAC, trazan una ruta de respeto recíproco y diálogo horizontal, que se erige como propuesta alternativa y esperanzadora frente a modelos tradicionales de dependencia.En conclusión, los 25 años del FOCAC han sembrado resultados visibles y profundos: jóvenes africanos que regresan con nuevas competencias, proyectos conjuntos que transforman territorios, y un diálogo intercultural fructífero que revaloriza las identidades y las capacidades propias. La educación emerge como el alma de esta alianza, la fuerza silenciosa que permite a ambos continentes caminar juntos hacia un futuro compartido de dignidad, modernidad y justicia.

 

Referencias

Capital Ethiopia. (2025). FOCAC 2025: China and Africa deepen ties with new tariff-free trade investment and solidarity initiatives.

Chinese Scholarship Council. (2024). Becas de China para estudiantes africanos 2025.

Defensa.gob.es. (2025). IEEE. FOCAC y el Nuevo Multilateralismo Chino.

FMPRC. (2024). Discurso de apertura del presidente chino en FOCAC 2024.

FMPRC. (2025). The Reception for the 25th Anniversary of the Forum on China-Africa Cooperation.

People Daily. (2018). Estudiantes extranjeros estudian en China para tener un mejor futuro.

Tourism and Society TT. (2025). Xi Jinping responde a carta de académicos africanos.

Wikipedia. (2017). Iniciativa Franja y Ruta.

Xinhua Español. (2017). Colaboración científica entre China y África alcanza nuevo nivel.

Xinhua Español. (2018). Joven africana: En China hay muchas oportunidades.