Los países ricos también son saqueados pero lo hacen con corbata, con bancos y con contratos. Canadá está despertando y el litio puede ser su última oportunidad de no terminar vendiendo su subsuelo a crédito.
El país que llegó tarde
Canadá nunca fue famoso por su litio, fue famoso por su níquel, su oro, su petróleo y su minería bien organizada. Pero en el siglo XXI ni el oro ni el crudo valen lo que vale el litio. Y Canadá lo entendió tarde. Mientras Chile, Australia y China se repartían la producción global, Ottawa debatía regulaciones, impacto ambiental y licencias eternas. Resultado: el país con una de las mayores reservas de litio del hemisferio norte produce menos que una sola planta en Jujuy.
Reservas, yacimientos y lo que está en juego
Canadá posee aproximadamente 1,2 millones de toneladas de reservas comprobadas de litio LCE, equivalentes al 4 por ciento de las reservas globales. Si se consideran los recursos indicados e inferidos, supera los 5,7 millones de toneladas, ubicándose en el top 5 mundial en potencial minero. Las provincias clave son Quebec, Ontario, Alberta y Manitoba.
Resumen de Principales yacimientos (producción / ingresos / participación estatal estimada)
1. Whabouchi (Quebec)
• Producción: 40.000 toneladas LCE/año
• Facturación: USD 15 millones/año
• Participación estimada en total nacional: ~1%
Empresa: Nemaska Lithium
2. James Bay (Quebec)
• Producción: 0–10.000 toneladas LCE/año (en desarrollo)
• Facturación proyectada: USD 100–150 millones/año
• Participación estimada: ~0,6–1%
Empresa: Allkem (antes Galaxy Resources)
3. Separation Rapids (Ontario)
• Producción: 180.000 toneladas LCE/año
• Facturación: USD 2.900 millones/año
• Participación estimada: ~18%
Empresa: Avalon Advanced Materials
4. PAK (Ontario)
• Producción: 180.000 toneladas LCE/año
• Facturación: USD 2.900 millones/año
• Participación estimada: ~18%
Empresa: Frontier Lithium
5. Snow Lake (Manitoba)
• Producción: 30.000 toneladas LCE/año
• Facturación: USD 500 millones/año
• Participación estimada: ~3%
Empresa: Snow Lake Resources Ltd.
6. Clearwater (Alberta)
• Producción: 2.000 toneladas LCE/año (estimación en fase temprana)
• Facturación: USD 30–40 millones/año
• Participación estimada: ~0,2%
Empresa: E3 Lithium
En 2023 Canadá produjo apenas 4.300 toneladas de litio LCE, es decir, menos del 0,5 por ciento del total global. En contraste, Chile produjo 80.000 toneladas y China más de 50.000. A pesar de eso, más de US$ 3.000 millones están comprometidos en nuevos proyectos, plantas piloto y refinerías. El gobierno ha lanzado una estrategia nacional de minerales críticos con inversión pública y subsidios.
¿De quién es el litio canadiense?
En Canadá el litio no es del Estado, pertenece al subsuelo provincial y su explotación está abierta a privados y multinacionales. No existe una empresa estatal minera de litio. En la práctica, las decisiones estratégicas están en manos de actores privados con respaldo público.
Además, Estados Unidos, bajo la Defense Production Act, ha financiado empresas canadienses para garantizar el litio como parte de su cadena crítica de suministro norteamericano. En la práctica, el litio canadiense es ya considerado parte del ecosistema industrial de EE.UU.
Un país rico y dependiente
Canadá tiene litio pero no tiene autonomía. Extrae pero no refina. Produce pero no fabrica baterías a gran escala. Posee recursos pero no controla la cadena de valor que está dominada por China, Corea, Japón y EE.UU.
El caso de Nemaska Lithium es ilustrativo. Prometió ser la primera productora integrada de litio canadiense pero quebró en 2019 y fue rescatada por una alianza entre Hydro-Québec y el fondo norteamericano Pallinghurst. Hoy vuelve a operar pero bajo un modelo más cercano a Wall Street que a Montreal.
La ruta del litio y de los intereses
Estados Unidos no quiere depender de China para su litio por eso mira al norte. Tesla, Ford y GM necesitan litio seguro, ético y occidental. Y Canadá cumple ese rol. Pero la pregunta es si lo hace como socio soberano o como proveedor subordinado.
La presión es doble. Por un lado, Canadá quiere inversión, empleos y protagonismo en la transición energética. Por otro, EE.UU. condiciona el acceso a financiamiento y exportaciones. Canadá debe decidir si quiere ser líder del litio en el hemisferio norte o si seguirá exportando materia prima y comprando baterías.
El subsuelo como espejo
Canadá fue un país que extrajo todo, oro, uranio, gas y carbón, pero nunca construyó una política soberana sobre sus recursos. El litio es su última oportunidad. Para demostrar que un país desarrollado también puede ser dueño de su riqueza. Y que ser rico en minerales no significa ser pobre en decisión.
La pregunta ya no es si Canadá tiene litio, la pregunta es si el litio tendrá a Canadá













