19 de mayo de 2024. Me uní a más de 90 personas procedentes de distintas partes del mundo que se reunieron para dialogar, intercambiar opiniones, sobre una terrible perspectiva a la que se enfrenta la humanidad: la amenaza de que se avecine otra guerra mundial, una tercera guerra mundial. Fue el primero de una serie de conversatorios organizados por el Foro Mundial Humanista para analizar un alarmante fenómeno que no deja de crecer.

Con todos los conflictos armados y guerras escalando peligrosamente en diferentes partes del mundo hoy en día… Con las élites del poder sin hacer mucho para poner fin al peligro, la violencia y la miseria desatada por las guerras y los conflictos militares cada vez mayor, poniendo la vida de miles de personas en juego … Parece que tenemos que ser nosotros, tú, yo, la gente corriente, la gente que simplemente quiere vivir en paz sin tener que temer una emboscada, un encuentro armado o una guerra total, los que podamos hacer algo.

De ahí la pregunta «¿Qué puede hacer la gente para evitar la guerra mundial?», la primera de una serie de conversaciones planeadas y organizadas por el Foro Mundial Humanista.

Hubo dos invitados:

> Rafael de la Rubia, coordinador de la 3ª Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia

> Gerardo Femina, activista de Praga comprometido con Europa por la Paz

Los anfitriones del foro:

> Gaelle Smedts, Foro Mundial Humanista

> Pia Figueroa, Pressenza

Gaelle Smedts explicó por qué se trata de un asunto tan grave para toda la humanidad. Pía Figueroa presentó a los dos invitados a compartir sus pensamientos, sentimientos y acciones ante este tema de la paz y la necesidad de que florezca la no violencia para que todos los seres humanos puedan vivir seguros y bien en este planeta.

Pía Figueroa nos propuso meditar sobre la pregunta: ¿Qué podemos hacer para aumentar la paz entre los seres humanos, entre las personas que tenemos cerca? ¿Qué podemos aportar, qué podrían hacer los pueblos para evitar una guerra mundial?

Escuché a Rafael de la Rubia compartir por qué se está planeando y organizando una tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia para cruzar el globo a partir de este 2 de octubre, Día Internacional de la No Violencia. Un equipo de activistas por la paz se prepara una vez más para marchar a través de los continentes y hacer patente la necesidad de hacer algo para ayudar a acabar con la violencia, no sólo la física, como las guerras y los conflictos armados, sino todas las formas de violencia, ya sea económica o psicológica.

Escuché a Gerardo Femina mientras relataba cómo las protestas e iniciativas pacíficas de la gente en el pasado, pidiendo que prevaleciera la paz, nunca recibieron atención mediática porque las dictaduras controlaban los medios de comunicación.

Compartieron sus experiencias y sus esperanzas y planes, lo que sus organizaciones estaban planeando, pidiendo y haciendo. Hablaron de lo bueno que sería romper con la repetitividad y la mecanicidad del día a día, conectar con algo profundo, conectar con otros en acciones concertadas y concebidas para el bien y el bienestar de todos.

¿Qué fue lo que más me impactó de la conversación?

Fue la imagen de que, aparte de las acciones colectivas planeadas y llevadas a cabo por organizaciones como las de Rafa y Gerardo, a las que los amantes de la paz y los activistas pueden unirse y apoyar, podríamos hacer algo a título personal para abrir el futuro. Sí, incluso personalmente, podemos, e incluso los niños pueden, contribuir a un mundo sin guerras ni violencia.

¿Qué puedo hacer para evitar una guerra mundial? ¿Algo que suena tan grandioso y aparentemente fuera de mi alcance? ¿Puedo hacer algo?

Sí. Yo, tú, todos podemos hacer algo para que la paz y la no violencia crezcan, ya que cada pequeño acto ayuda.

En nuestros corazones, lidiando con la ira y el odio que nos acechan: paz en nuestros corazones en lugar de ira y deseo de venganza. Pequeños actos para ayudar a que la paz y la armonía crezcan en nuestras familias, con nuestros vecinos y en nuestras comunidades y, en nuestros lugares de trabajo. Sí, los pequeños actos que todos podemos hacer allí pueden ayudar mucho a construir un futuro de paz y no violencia.

Sí, podemos meditar y hacer pequeños actos a nivel personal. Pero éstos también pueden actuar a nivel social, ya que podemos tender la mano y servir para inspirar e influir en los demás, gracias a las redes sociales y a los avances tecnológicos que nos permiten comunicarnos más fácilmente hoy en día.

Escuchando la conversación, me vino a la mente la letra de una canción que fue un himno durante el mundialmente famoso Festival de Woodstock. Se trataba de Peace will Come, de Melanie Safka, que cantaba «There’s a chance peace will come, In your life…According to plan, According to man…».

En 1969, Estados Unidos estaba metido de lleno en la controvertida guerra de Vietnam. Era un conflicto al que muchos jóvenes y el movimiento por los derechos civiles se oponían firmemente. Woodstock fue una oportunidad para miles de jóvenes que luchaban contra los caprichos de la vida moderna de evadirse en la música y la comunidad mientras difundían un mensaje de unidad y paz.

La canción expresa las profundas aspiraciones de paz que acechaban en los corazones de los jóvenes de aquella época y que siguen presentes en los corazones de los seres humanos hasta el día de hoy.

Para ver el vídeo completo de la primera sesión: https://www.youtube.com/watch?v=uMBbpfX2pkM

Para ponerse en contacto directamente con Gaëlle Smedts o con el Foro Humanista Mundial: https://worldhumanistforum.org/

Para escuchar la canción de Melanie Safka, Peace Will Come: https://www.youtube.com/watch?v=gkY2ZrVSUM8