Con múltiples conciertos en distintas partes del mundo, se celebra este 7 de Mayo el bicentenario del estreno de la Novena Sinfonía de Ludwig Van Beethoven.

Compuesta entre 1822 y 1824, es especialmente conocida por su cuarto movimiento, en el que incluye el famoso himno «Oda a la Alegría» (“Ode an die Freude”), escrito por el poeta Friedrich Schiller.

Además de su importancia musical, la Novena Sinfonía de Beethoven es un símbolo de la universalidad y la fraternidad humana. La letra de la «Oda a la Alegría» expresa la idea de la hermandad entre todos los seres humanos, independientemente de su origen, cultura o creencias, lo que ha hecho que esta sinfonía sea un himno para la paz y la unidad.

El estreno de la obra, cuyo manuscrito forma parte desde 2001 del Patrimonio Documental Mundial de la UNESCO, tuvo lugar entonces en el ya desaparecido Teatro de la Corte de Viena, en la Kärntnertor, ante un público de unos dos mil asistentes.

En una de las celebraciones centrales del bicentenario, la Orquesta de la Academia de Viena recreará con instrumentos originales aquel majestuoso concierto bajo la dirección de Martin Haselböck. Tanto la Novena de Beethoven como la Missa Solemni, que también formó parte del estreno de la obra, apelan a la idea de la paz, un mensaje urgente para estos tiempos.

“Alegría, hermosa chispa divina, hija del Elíseo, penetramos ebrios de fuego en tu santuario celestial. ¡Tu magia une de nuevo lo que el rigor de la costumbre separó! Todos los hombres se vuelven hermanos allí donde tu suave ala reposa.”, reza la primera estrofa del poema de Schiller.

Mientras escuchamos un fragmento de los sonidos inmortales de la Novena, esperamos que la chispa divina de la Alegría inspire y vuelva a unir a los seres humanos en un mismo canto y un mismo propósito: La Nación Humana Universal.