Edmund Husserl nació un 8 de abril de 1859 en Prostějov, en ese entonces parte del Imperio Austrohúngaro y actualmente en la República Checa.

Husserl es conocido por ser el fundador de la fenomenología, una corriente filosófica que busca estudiar y describir la estructura de la experiencia tal como se presenta de manera inmediata, sin presuposiciones, ni interpretaciones.

Al hacer esto – afirma el filósofo – podríamos llegar a una comprensión más profunda de la estructura y la naturaleza de la conciencia y, por extensión, de la realidad misma.

La «epojé», un elemento clave de la fenomenología de Husserl, es un concepto que se refiere a la suspensión o puesta entre paréntesis de nuestras creencias y pre-dialogales acerca de la realidad objetiva. Se trata de un ejercicio mental en el cual temporalmente dejamos de lado nuestros juicios y opiniones preconcebidas sobre el mundo externo, para así poder enfocarnos exclusivamente en la descripción y análisis de los fenómenos tal como se presentan en nuestra conciencia.

La epojé nos permite explorar la estructura y el contenido de nuestra experiencia de manera más directa, sin ser influenciados por nuestras creencias previas. Es un paso fundamental en el método fenomenológico, ya que busca garantizar que nuestra descripción de la experiencia sea lo más imparcial y objetiva posible, centrándose en la «cosa misma» (el fenómeno) tal como se da en nuestra conciencia.

Entre las numerosas obras que escribió el pensador a lo largo de su vida, una de las más importantes y influyentes fue las «Investigaciones lógicas» (Logische Untersuchungen), publicada por primera vez en 1900-1901, que es considerada el primer gran tratado de fenomenología y establece muchas de las ideas fundamentales de Husserl sobre la epojé, la intencionalidad y la reducción fenomenológica.

Asimismo, las «Ideas para una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica» (Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen Philosophie), publicada en 1913, es una de sus principales obras.

En 1936, publicó «La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental» (Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie), libro que aborda la crisis de la ciencia moderna y defiende la necesidad de una nueva fundamentación filosófica basada en la fenomenología trascendental.

Uno de sus discípulos más prominentes fue Martin Heidegger, quien desarrolló su propia filosofía existencial a partir de la fenomenología husserliana. Aunque inicialmente fue cercano a Husserl, Heidegger luego criticó la fenomenología por considerar que no llegaba a la raíz de la cuestión del ser.

Otro gran pensador que abrevó en las ideas de Husserl fue Jean-Paul Sartre, uno de los principales exponentes del existencialismo. Sin embargo, Sartre criticó la noción husserliana de la conciencia como algo que se puede separar de su mundo, argumentando que la conciencia está siempre implicada en el mundo y en la acción.

Husserl influenció profundamente el pensamiento del siglo XX, y su trabajo ha tenido un impacto significativo en campos como la filosofía, la psicología, la sociología y la teoría literaria, entre otros.

A él debemos trazos esenciales para comprender el funcionamiento íntimo de la conciencia humana, caracterizada por la intencionalidad. Conmemorar su natalicio nos invita a levantar la vista por sobre los prejuicios y a mirarnos por dentro con mayor detenimiento.