Ecuador irá a las urnas este 21 de abril. Se trata de una consulta popular convocada por el Presidente Daniel Noboa, en un contexto de crisis económica, desigualdad, desempleo y un modelo neoliberal que se quiere aplicar a toda costa y en el que cabe un amplio mercado global de actividades ilícitas. El gobierno ha propuesto 11 preguntas, 5 son para reformar la Constitución y 6 para reformar leyes. Para comprender mejor el contexto, para comprender por qué ahora este referéndum y la Consulta Popular, en el Programa Continentes y Contenidos, de Pressenza, invitamos a Stalin Herrera, ecuatoriano, sociólogo, investigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE).

CyC: Comencemos diciendo que Ecuador ha sido noticia de primera plana, no precisamente con muy buenas noticias, en su momento se habló de una escalada de inseguridad, una declaración posterior de “conflicto armado interno”, un “Estado de excepción”, apenas días atrás la toma de la Embajada de México en Quito por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y por órdenes del Gobierno; que han ocupado noticias en medios nacionales y extranjeros. Pero, más allá de todo este contexto, que son los titulares, ¿Cómo nos describirías en estos momentos el contexto actual en que se va a celebrar esta consulta popular?

SH: El contexto actual está marcado por un lado, por el ascenso del crimen organizado, lo hemos visto en enero y febrero, cuando se dio el asalto a una empresa televisora (ahora se duda si el asalto a esta televisora sea o no verdad, hay varias versiones al respecto). Hay un escalamiento del crimen organizado que, además, ha permeado altas esferas políticas; hay denuncias de policías, de políticos, se han denunciado también vínculos crimen organizado con el ex Presidente de la República Guillermo Lasso. Por otro lado, tenemos un gobierno en manos de Daniel Noboa, hijo de Álvaro Noboa, la billetera más importante del país. Este es uno de los herederos de las élites, un representante de la renovación de las élites ecuatorianas en la política que no habían estado presentes y que han ido recuperando el Estado, desde los gobiernos de Lenin Moreno y Guillermo Lasso hasta ahora. Son los que van marcando la respuesta estatal frente a la crisis social, económica y política que vive el Ecuador. Es importante decir esto porque son las élites, su mirada sobre la política, la sociedad y el Estado, las que están muy bien representados en los gobiernos de Guillermo Lasso y ahora de Daniel Noboa.

CyC: ¿Cuáles son esos temas clave que se están planteando en la consulta del próximo domingo?

SH: La consulta está organizada en 11 preguntas. Dos preguntas son la sustancia de la consulta y las restantes tienen que ver con respuestas frente al crimen organizado. Las dos primeras tienen que ver con reformas constitucionales, una parcial y la otra de la enmienda y 6 son consulta a la población. Dentro de las enmiendas constitucionales hay 2 que son centrales: una que plantea la posibilidad de formalizar y legalizar el trabajo por horas, es decir la precarización y la tercerización laboral, y la otra pregunta es si queremos volver a estar en el CIADI, que es el órgano de arbitraje internacional. Estas dos preguntas que exigen reforma constitucional y están ligadas claramente a los intereses de las élites.

El CIADI resulta especialmente interesante porque es el espacio en el cual los problemas entre las naciones y las empresas transnacionales se resuelven a través del arbitraje de jueces internacionales. El Ecuador no ha ganado ningún arbitraje. Tenemos ahí pendientes cerca de 2.000 millones de dólares y el monto que el país tendría que pagar a las empresas transnacionales podría llegar a 10.000 millones de dólares. En esta crisis es una cantidad de plata impensable. Esto es interesante, además , porque las empresas del padre e Daniel Noboa y de sus familiares, configuran grupos económicos con intereses y vínculos con empresas transnacionales. Para tener una idea el holding de Noboa tiene 140 empresas conocidas, la mitad de ellas están ubicadas en Estados Unidos o en paraísos fiscales. Entonces, si entramos al CIADI, estos grupos económicos podrían enjuiciar directamente al Estado. Negocio redondo.

La pregunta sobre la flexibilización laboral es bestial. Estas élites con sus empresas y sus modelos de negocios se basan históricamente en la explotación laboral. Es parte de su ADN, para recoger el nombre del partido político del actual Presidente Daniel Noboa, Ha habido denuncias sobre explotación de niñas, e persecución a dirigentes, de sobre explotación laboral en las empresas bananeras de la familia Noboa. La reforma que quieren es cruel, por decir lo menos.

Estas dos preguntas se asientan sobre un conjunto de otras que preguntan a la gente, en un momento de violencia, de miedo, de incertidumbre ante el crimen organizado, le resuenan. Si le preguntan “Usted ¿quiere o no quiere que resuelva el problema en las calles?, ¿quiere o no quiere que vayan los militares a las calles?, ¿quiere o no quiere que podamos utilizar las armas que recuperamos de estas fuerzas en las calles, en el combate al crimen organizado? Obviamente la gente va a decir que sí.

CyC: ¿Cómo ves el posible resultado?

SH: Las élites han cometido varios errores en este período. El tema de la flexibilización laboral confronta con los sindicatos y, en general, las y los trabajadores. Además, hace pocas semanas, el gobierno de Noboa se presentó en Canadá con una oferta de los sectores mineros en el país, enfrentándose al movimiento anti-Minero, que es fuerte en el país. Por otro lado, el ejecutivo ha logrado impulsar en la Asamblea Legislativa 5 leyes, para perdonar impuestos a los más ricos, elevar el IVA, crear mejores condiciones de explotación a los sectores más pudientes del país. Entonces, hay indignación. La gente ve que, a pesar de que los militares estén en las calles, las condiciones materiales no cambian. Todo lo anterior ha hecho que la alta popularidad del Gobierno hasta hace 3 semanas, esté descendiendo de rápidamente.

Esto explica en parte el asalto a la Embajada de México. ¿Por qué se metieron ahí? Si pensaron mejorar posiciones en la consulta popular parece que no ha sido así. Las últimas encuestas ya muestran que el gobierno perdería al menos en las dos preguntas que son el hueso y la carne de la consulta, CIADI y reforma laboral. Las otras todavía tienen bastante popularidad, pero vienen bajando. Si continúa la tendencia, el triunfo total del Sí, está en duda. Es probable que gane la mayor parte de preguntas de carácter penal como el aumento del tiempo de condena, los militares en las calles, ese tipo de cosas, pero no los dos temas mencionados.

CyC: ¿Tú crees que habría una mayor militarización, se le estaría dando a los militares más control?

SH: Sin duda. La Constitución de Ecuador establece con claridad cuál es el campo de acción de los militares y es la defensa nacional y las fronteras. Es obvio que la situación de escalamiento del crimen organizado y las bandas delincuenciales debería resolverse de otras formas, con un Estado fuerte, con sistema de justicia y un sistema militar y policial que funcione. Las preguntas de la consulta referidas a estos temas, legitiman el modelo de guerra o hacen de este modelo un principio estatal. Esto es absolutamente peligroso, sobre todo para sociedades como las nuestras, en las que estamos permanentemente en las calles demandando derechos. Es muy difícil, porque eso se traduce en algo que viene desde antes, que ha estado presente desde antes del período progresista, en el período progresista y ahora, con el retorno de las élites: la criminalización y judicialización de la protesta social.

CyC: ¿Te puedes imaginar un rechazo frontal de la población de manera mayoritaria? En este caso, ¿Qué escenarios plantearías?

SH: En este momento puedo imaginarme que gane el NO. Mucha gente cree que eso no es posible, que Noboa va a ganar, sobre todo en las preguntas sobre los militares en las calles. Yo diría que es posible, pero no seguro. No hay que olvidar que las consultas populares en el Ecuador han sido, tradicionalmente, consultas plebiscitarias. Es decir, cumplen el rol de un plebiscito en el cual se confirma si la población está o no contenta con su gobierno. En este momento, la gente está harta, cansada y observa que está viviendo unas condiciones de enorme injusticia. Y creo que la indignación puede ser un arma que permita posicionar a la gente frente a la consulta con un NO.

Además, hay que recordar dos cosas: que Ecuador tiene una tradición muy fuerte de movimientos sociales que, aunque no ganen elecciones tienen una enorme capacidad. En Ecuador vimos en el 2019, en el 2022, en la consulta sobre la minería y sobre el Parque nacional Yasuní, que la acción social tiene una enorme capacidad, primero para parar al país y luego para organizarse y disputar la conciencia de la gente, como el caso de Yasuní y la minería. Hay algo ahí que tiene oportunidades de expresarse de una forma distinta.

Entonces, si ganamos el NO sería una posición rotunda frente al gobierno y eso marcaría las próximas elecciones. Porque hay que recordar que Noboa es un gobierno de transición. Va estar solamente un año y medio en el poder. Si ganamos la consulta expresaremos un rechazo rotundo a este gobierno y daríamos paso a un gobierno de tinte distinto.

CyC: ¿Quieres añadir algo más?

SH: Añadiría que la consulta, si consideramos la presencia de las élites en el Estado, el carácter de la consulta y el ejercicio que las élites están haciendo del “penalismo jurídico”, del populismo jurídico, entre otros, nos muestra cómo piensan, cómo miran, cómo esas élites imaginan la política, la sociedad y el Estado. Ahí vemos que las élites no tienen un proyecto de sociedad, que no están dispuestas a respetar los mínimos principios legales y normativos que permiten una sociedad democrática, moderna, civilizada, por así decirlo.

Y son las élites – recordemos que Lasso era el representante de la banca y Noboa es el representante del sector productivo más importante y moderno del país – las que están traduciendo todas las formas posibles de obstruir una sociedad basada en la ley y en la norma, alineándose con un proyecto de guerra absolutamente cruel. Si añadimos el ataque a la Embajada de México, ya vemos que también son capaces de saltarse las normas internacionales.