En medio de las turbulencias de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, surge una figura distinta: Cornel West, un candidato cuya campaña se basa en los valores morales humanos, lo que le convierte en el principal aspirante humanista. Se desmarca del sistema político, evitando la dicotomía convencional entre republicanos y demócratas.

Hace una o dos décadas se podría haber cuestionado la crítica de West a lo que él denomina el «Imperio estadounidense», pero hoy en día es cada vez más difícil ignorar esta postura. Con Estados Unidos inmerso en conflictos en Europa, Oriente Medio y Asia, al tiempo que provoca tensiones con China y mantiene más de 800 bases militares (según el World Beyond War Map), la mera inclusión de estas cuestiones en su campaña resulta convincente. Pensemos en la posibilidad de que un Presidente estadounidense ponga en tela de juicio el concepto mismo de imperio estadounidense.

Es importante aclarar algunos aspectos de las elecciones presidenciales estadounidenses para quienes viven fuera del país. Contrariamente a la creencia popular, estas elecciones no se determinan por el voto popular, sino por un sistema de colegios electorales de estado por estado dentro de un marco federal. Para ganar se necesita la mayoría de los estados, lo que complica considerablemente el proceso si no se dispone de una infraestructura política bien organizada en cada estado.

Estas próximas elecciones están marcadas por dos factores notables. En primer lugar, en el bando republicano, el ex Presidente Donald Trump domina como candidato a las primarias, ejerciendo una influencia significativa sobre la dirección del partido. Sin embargo, su candidatura puede verse obstaculizada por posibles impugnaciones legales, lo que deja a Nikki Haley preparada como candidata alternativa en caso de que la campaña de Trump flaquee.

En el bando demócrata, la avanzada edad del Presidente Joe Biden y sus evidentes problemas cognitivos suscitan dudas sobre su capacidad para desempeñar otro mandato. Además, su gestión de la situación palestina ha suscitado críticas, sobre todo entre los más jóvenes.

Volviendo a la campaña de Cornel West, aunque muchos puedan descartar sus posibilidades, en estos tiempos tumultuosos podría ser el catalizador de un cambio significativo. Posee la dedicación, la energía, la capacidad de comunicación articulada y la coherencia necesarias para una candidatura convincente, a diferencia de los pasos en falso que se han visto en figuras como «Robert F. Kennedy Jr. on Israel».

Basándose en su formación filosófica, su herencia afroamericana y su compromiso de toda la vida con la defensa de las comunidades marginadas, West encarna los principios de la Nación Humana Universal, tal como los articuló Silo. Este concepto trasciende las fronteras nacionales, étnicas y religiosas, destacando el valor inherente y la interconexión de toda la humanidad. La propuesta de West de un Estado laico en el que coexistan israelíes y palestinos refleja una visión audaz que recuerda a la creación de las Naciones Unidas tras la Segunda Guerra Mundial.

Los críticos pueden intentar encasillar la candidatura de West como una ayuda inadvertida a los esfuerzos de reelección de Trump. Sin embargo, reducir las elecciones a binarios tan simplistas socava la esencia de la democracia. Los votantes deberían poder apoyar al candidato de su elección sin sucumbir a tácticas divisorias.

¿Podría Occidente emular potencialmente el papel transformador de Mijaíl Gorbachov en el panorama político estadounidense, ofreciendo una alternativa al atrincherado sistema político? Un escenario así desafiaría el statu quo perpetuado por quienes priorizan el poder sobre la humanidad, anunciando una nueva era de gobernanza centrada en la compasión y la cooperación.

The Bottom Line | Al Jazeera English

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