El mundo perdió recientemente a dos ejemplares activistas contra la guerra, aunque en circunstancias drásticamente diferentes. Johan Galtung falleció el 17 de febrero a los 93 años. El sociólogo noruego era conocido como el padre de la disciplina de estudios sobre la paz y dedicó su vida a investigar sobre los conflictos mundiales y a fomentar instancias de diálogo para la paz.

Aaron Bushnell tenía solo 25 años de edad y era un miembro en servicio activo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. El domingo 25 de febrero, Aaron inició una transmisión de video en vivo mientras caminaba hacia la Embajada de Israel en Washington D.C. Durante la transmisión, dijo:

“Ya no seré cómplice de un genocidio. Estoy a punto de realizar un acto extremo de protesta, pero, en comparación con lo que la gente ha estado experimentando en Palestina a manos de sus colonizadores, este acto no es para nada extremo. Esto es lo que nuestra clase dominante ha decidido que sea normal”.

De pie en la puerta de la embajada, con la transmisión aún en curso, Aaron se roció con un líquido y se prendió fuego. Mientras era devorado por las llamas, el joven estadounidense gritó varias veces las que serían sus últimas palabras: “¡Palestina libre!”. ¡Palestina libre!”. Cuando uno de los agentes que intervinieron en el hecho apuntó a Aaron con un arma, otro agente gritó: “¡No necesito un arma! ¡Necesito un extintor!”.

Aaron fue declarado oficialmente muerto horas más tarde.

Ese mismo día, más temprano, Aaron había publicado un enlace a la transmisión en directo con la leyenda: “A muchos de nosotros nos gusta preguntarnos: ’¿Qué habría hecho yo si hubiera vivido durante la época de la esclavitud? ¿Qué habría hecho de haber vivido [durante la época de las leyes segregacionistas de] Jim Crow en el sur? ¿Qué habría hecho durante el apartheid? ¿Qué haría si mi país estuviera cometiendo un genocidio? La respuesta es: lo que estás haciendo ahora mismo”.

Levi Pierpont era amigo de Aaron. Se conocieron en un entrenamiento básico que ambos realizaron en la Base de la Fuerza Aérea Lackland, una base aérea estadounidense situada en la ciudad de San Antonio, en el estado de Texas. Pocos días después de la muerte de Aaron, Levi dijo a Democracy Now!: “[Nos alistamos en las Fuerzas Armadas] para explorar Estados Unidos, para explorar el mundo, para conocer gente de otros orígenes. […] Con los años, ambos fuimos cambiando nuestras creencias sobre la guerra, en gran parte debido a lo que vimos en las Fuerzas Armadas, […] porque éramos parte de ellas. Sé que tanto él como yo nos sentimos alentados también por personas que publicaban en YouTube ensayos audiovisuales sobre el movimiento por la justicia social en Estados Unidos”.

Levi agregó: “Terminé convirtiéndome en objetor de conciencia. [Con Aaron] hablamos [del tema] a lo largo de todo el proceso. Y cuando mi proceso estaba avanzado y comenzaba a acercarse al final —lo concluí en julio de 2023—, [Aaron] sintió que él ya estaba lo suficientemente cerca de su fecha de finalización [de servicio], por lo que decidió no tomar el mismo camino que yo. Y lo entendí, porque el proceso de objetor de conciencia puede tardar más de un año”.

Johan Galtung también fue objetor de conciencia cuando era joven en Noruega. Durante su infancia, la Alemania nazi ocupó su país y encarceló a su padre. En una entrevista, Johan recordó cómo su madre le hacía leer el periódico para saber los nombres de los presos políticos que los alemanes habían ejecutado el día anterior y ver si su padre estaba entre ellos, para que ella no tuviera que enfrentar el dolor que implicaba leer esa lista. Su padre sobrevivió, pero la guerra cambió a Johan para siempre. El sociólogo noruego dedicó su vida a tender puentes y encontrar soluciones creativas a los conflictos del mundo real.

En una entrevista que mantuvo con Democracy Now! en abril de 2012, Johan Galtung expresó: “Espero que Estados Unidos, en lugar de dedicarse a intervenir militarmente, comience a resolver los conflictos. Hay tanta gente brillante en este país, tanta gente bien educada. Para resolver un conflicto, es necesario hablar con la otra parte, o con las otras partes. Hay que sentarse a hablar con los talibanes, con la gente de al-Qaeda o con gente cercana a al-Qaeda. Hay que sentarse a hablar con la gente del Pentágono y del Departamento de Estado. Y hay que preguntarles: ’¿Cómo es el Afganistán en el que a ustedes les gustaría vivir? ¿Cómo es el Medio Oriente en el que a ustedes les gustaría vivir? Encuentras así una enorme cantidad de personas atentas y razonables que tienen reflexiones muy profundas”.

Levi Pierpont lamenta la pérdida de su amigo y hubiera deseado que Aaron no se quitara la vida. En conversación con Democracy Now!, expresó:

“No quiero que nadie más muera de esta manera. Si él me hubiera preguntado sobre esto, le habría suplicado que no lo hiciera. Habría hecho todo lo posible para detenerlo. […] Le habría dicho que esto no era necesario para difundir el mensaje, que hay otras maneras para hacerlo. […] Pero, obviamente, ya no podemos recuperarlo”.

Tras expresar su profundo pesar, Levi concluyó: “Aaron no pensaba en el suicidio; pensaba en la justicia. De eso se trataba. No se trataba de su vida. Se trataba de usar su vida para enviar un mensaje”.

El artículo original se puede leer aquí