Quisiera yo saber cuanto costaría sacar agua de mar para apagar incendios en Chile. Creo que eso se podría hacer porque Chile es un país muy angosto. Por ejemplo en Viña y en Valparaíso, en la parte plana del territorio las viviendas están a pocos metros del mar. Se podrían poner ductos y bombas que mandaran el agua hacia el terreno y eso sería más barato que comprar o arrendar los aviones cisterna que cobran miles de dólares por hora, más barato que tener miles de casas e instalaciones destruidas y evitaría que hubiera cientos de muertos.

Hay quienes dicen que el agua salada es inconveniente para ciertos cultivos. Pero bueno, que pongan otros. O quizás sólo se podría utilizar el agua de mar en caso de incendios de viviendas, construcciones portuarias, escuelas, etc. Pero eso ya sería un gran avance.

¿Por qué no se les ha ocurrido antes? Pues porque siempre se está pensando en desalinizar el agua de mar para hacerla potable y apta para el riego. Eso se ha logrado pero es caro, carísimo. Para apagar incendios sí que el agua salada puede servir.

¿Pero saben qué? En México se acarrea el agua potable y supongo que en otros países también. Sencillamente, aquí traen el agua desde muy lejos. La principal fuente de agua potable para la Ciudad de México es el sistema Cutzamala. Abastece de gran parte del agua que consume  esta gran ciudad en que viven y trabajan unos 20 millones de personas al día. No todas duermen aquí, pero vienen a trabajar y por lo tanto consumen agua.

¿Y este sistema Cutzamala qué es? Es un conjunto de lagunas que  están a 120 o 130  kilómetros de la Ciudad de México, en el Estado de México y en Michoacán.   Se extrae el agua con un  sistema de bombeo, se la hacer recorrer más de 120 kilómetros por medio de cañerías  y finalmente hay que subirla a  más de dos mil metros, que es la altura  promedio de la CDMX

Entonces, en Chile sí que se podría traer el agua de mar que está ahí mismo, para apagar los incendios. Y, por otra parte, no se deberían sembrar árboles como el pino insigne y el eucaliptus, que contienen resinas muy inflamables. Las empresas madereras han acabado con nuestros bosques  nativos, que eran mucho más resistentes al fuego.

Me dirán ¿Y usted qué sabe, si sólo es abogada y no tiene idea de estos temas?  Es cierto, pero veo lo que hacen en otros países y por lo tanto sólo pienso que sería conveniente que  los mejores ingenieros y especialistas de Chile se pusieran  a estudiar  este asunto. Porque más de 120 muertos es demasiado, es una tragedia atroz y las autoridades prevén que haya muchas más víctimas. Y esa es  una razón para que todos  nos preguntemos ¿Qué está pasando? ¿Incendios provocados? Quizás, pero si usáramos el agua de mar y nuestros árboles fueran menos inflamables, los incendios no crecerían tanto ni las llamas correrían tan rápido. Y sobre todo no habría tantos muertos, tal vez  ninguno!