Organizaciones y colectivos de defensa de derechos humanos y de derechos de las personas migrantes han levantado una alerta acusatoria contra el gobierno de Túnez y afirman que hay una campaña represiva «para satisfacer el chantaje europeo y garantizar un flujo constante de apoyo financiero y logístico».

De acuerdo con la información compartida por el Foro de Derechos Económicos y Sociales de Túnez, las fronteras con Libia y Argelia, así como en las cercanías de Sfax, una de las ciudades más pobladas de Argelia y paso obligado de quienes van hacia el Mediterráneo, la represión a migrantes en mucho más grave: violencias de todo tipo, detenciones arbitrarias, destrucción de propiedades, por ejemplo. Adicionalmente, se denuncia que estas prácticas se están dando también con quienes ya viven en el país en condición de refugiados, trabajadores y estudiantes y que quienes son expulsado son internados en centros de detención.

Tras las denuncias, el presidente Kais Saied ha declarado que Túnez no está cuidando las fronteras de Europa y que su gobierno no está actuando a cambio de dinero. ¿Cuál es entonces el motivo de estas políticas represivas? Hace pocos meses atrás, Saied afirmó que las migraciones subsaharianas eran un plan para modificar la demografía de Túnez. Estas declaraciones movilizaron acusaciones de racismo contra el presidente. Al parecer, por tanto, hay dos factores que confluyen como argumentos no explícitos de estas acciones vulneradoras de derechos humanos de quienes migran: el dinero y el racismo. Si el país recibe alrededor 110 millones de euros dentro del paquete de ayuda europea, para frenar la migración y, de otro lado, el flujo de migrantes aumenta sistemáticamente, cabe considerar estos factores.

El comunicado del Foro afirma que «la soberanía no se consigue intimidando a los grupos vulnerables y recurriendo a leyes obsoletas y circulares discriminatorias, sino iniciando políticas nacionales que garanticen la dignidad, los derechos y las libertades de todos los seres humanos». Serán entonces políticas que pongan en el centro a los seres humanos las que abran las puertas a territorios soberanos, sociedades acogientes, vidas plenas.