El 25N, un recuerdo para las periodistas asesinadas por ejercer su labor.

A la memoria de las mujeres profesionales de los medios que han perdido la vida en todo el mundo por todo tipo de violencias y especialmente a las que han sido asesinadas en Palestina desde el pasado 7 de octubre.

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer no está de más recordar a las mujeres a las que han silenciado sus voces y sus ideas por ejercer el periodismo en cualquiera de sus variantes.

Según Naciones Unidas, en el mundo más de setecientos treinta millones de mujeres (casi una de cada tres) han sido víctimas de violencia al menos una vez en su vida. Es una de las lacras más graves de la actual sociedad que ha aumentado con la pandemia de la covid-19 y que las tecnologías han agravado al añadir la violencia en línea.

La solución pasa por más inversión pública para terminar con uno de los mayores obstáculos para alcanzar la justicia social y la paz. Ya no hay excusa, por eso la ONU ha puesto en marcha la campaña #NOEXCUSE (#NOHAYEXCUSA) con dieciséis días de activismo.

En cuanto a las profesionales de la información, Reporteros Sin Fronteras constata que entre 2003 y 2022 de los 1.668 reporteros asesinados, 81 corresponden a mujeres periodistas, lo que supone el 4,86 % del total. Desde 2012, 52 de ellas han muerto por ejercer su profesión investigando sobre los derechos de las propias mujeres.

En Colombia, el Senado ha aprobado estos días un proyecto para proteger a las profesionales de los medios que obliga a la creación del Fondo de Prevención, Protección y Asistencia de Mujeres Periodistas Víctimas de Violencia de Género para ofrecerles ayuda psicológica, jurídica y económica.

Tras más de veinte años de ardua labor por parte de la periodista Jineth Bedoya, víctima ella misma de secuestro, tortura y violación por parte de paramilitares, con su campaña #Noeshoradecallar, el fondo dará cumplimiento a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que condenó al Estado colombiano por su caso.

Para la Organización de Estados Americanos (OEA), la violencia contra periodistas tiene una triple consecuencia porque vulnera el derecho de las víctimas a expresar y difundir información; genera miedo y silencio, y viola los derechos de personas y sociedades a recibir información.

Pueden consultar los informes Violencia en línea contra las mujeres periodistas: Instantánea mundial de la incidencia y las repercusiones llevado a cabo a finales de 2020 por la Unesco y el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) y Violencia de género en contra de las mujeres periodistas en Colombia realizado por la campaña #NoEsHoraDeCallar y el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes.

De acuerdo con las cifras facilitadas por la Federación Internacional de Periodistas (IFJ-FIP), en Palestina han fallecido hasta el momento cinco mujeres periodistas: Salam Meimah, que trabajaba para Radio Al Quds, asesinada el 10 de octubre en un ataque aéreo israelí contra su casa en el campo de refugiados de Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza; Salema Mukhaimar, muerta en un ataque aéreo en Rafah el 25 de octubre; Doaa Sharaf , asesinada el 26 de octubre en un ataque con misiles que alcanzó su domicilio en el barrio de Al-Zawaida, en el centro de la Franja de Gaza; Ayat Al-Khaddura, asesinada el 20 de noviembre en un ataque aéreo israelí sobre Beit Lahiya, al norte de la ciudad de Gaza, y Alaa Taher Al-Hasanat, asesinada ese mismo día junto a su familia.

Nasser Abu Baker, líder de los y las periodistas de Palestina, lanzó hace días un emotivo llamamiento: «Desde hace más de un mes, periodistas de Gaza cuentan la historia al mundo, y lamentablemente muchos se han convertido también en la historia: desde el 7 de octubre han muerto 35 periodistas a causa de las bombas y las balas israelíes».