El silencio se junta con la soledad que camina a mi lado. Como un árbol aislado, mis ramas languidecen  y el tiempo hace temblar mi mirada, buscando la serenidad de unas lágrimas secas de mis ojos cansados. Añoro abrazos y besos, diálogo en la oscuridad de la noche, calor a quien sentir entre mis brazos y manos que acaricien mi piel.

Las arrugas de mi cara  se pronuncian quebradas por el arado que no perdona los pasos de la edad marcados.

A veces, en esta nostalgia  de un viejo soñador, me embarco con mesura en mis libros buscando tal vez, un rumbo escondido.

Escribir y contar, son la vía de escape de un poeta que busca en sus propios versos, el sonido rasgado del lápiz con el papel, música que se transforma en la única compañía, en palabras que quedan marcadas en la huella de tu vida.

Cuando la noche llega y el día pasa, acurrucado en la almohada, buscas el descanso camino de los sueños o pesadillas que atormentan, esas vivencias  que muchas veces no entiendes. Intentas no pensar en nada. El silencio te rodea con tu propio suspiro. Ruidos inciertos en la noche extraña.

Me hace daño a los oídos escuchar el silencio vacío, la llamada ahogada, la luz tenue que una canción olvidada, mi alma vagando en la soledad clara de ese amor que se fue muy de mañana.

Y atento, bajo las sábanas claras de mi conciencia, escucho una canción de un poeta perdido en las estrellas que busca a su amada.

(Pedro Pozas Terrados)

¿Dónde esconde el poeta

los versos perdidos?

¿Qué buscan sus labios

en el cielo escondidos?

 

Las lágrimas saladas

caen sobre el papel

buscando palabras

que expresan su ser.

 

Sólo se queda

en el triste umbral

y el otoño alimenta

su sed de llorar,

al ver caer las hojas

marchitas

en el sendero de libertad.

 

Busca una razón.

una llamada,

una pasión

y una balada,

que hagan de su poesía

resucitar la flor

de la mañana.

(Pedro Pozas Terrados)

Pero preso de su sentir

no encuentra el camino

y angustiado,

un puñal de marfil

se cruza en su destino

con una cruz marcado

que anuncia su fin.

 

¿Dónde está el poeta

que en la esquina cantaba

alegres melodías

que alegraban el alba?

 

Con el silencio de sus versos

tocan las campanas,

las flores se marchitan,

los árboles lloran,

las mariposas gritan,

la luna se derrite

y el mar se lamenta.

 

¿Dónde estás poeta?

Queremos los versos,

tu sonrisa y tu aliento,

el aroma del bosque

que viaja con el viento.

Queremos palpitar

con tus sentimientos

y ser cómplices

de tu atrevimiento.

 

Pero el poeta calla.

El silencio de su voz

el ruido taladra.

(Pedro Pozas Terrados)

El poeta no contesta,

sueña,

sus versos son para su amada.

Viaja con su mochila

buscando su amor

perdido en la niebla

de una mirada.