Las organizaciones colombianas dan un impulso definitivo al plan nacional de acción de la 1325 en la semana sobre mujeres, paz y seguridad de Naciones Unidas.

Durante 23 años organizaciones de mujeres en todo el mundo han utilizado la Resolución 1325 de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad para mejorar la vida de millones de niñas y de mujeres, especialmente de quienes sufren las consecuencias de la violencia, la guerra y los conflictos armados. Es una de las resoluciones de la ONU más populares y desmenuzadas del mundo gracias al empeño de miles de mujeres.

La Resolución 1325 fue aprobada por unanimidad por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el año 2000 y, por lo tanto, es de obligado cumplimiento.

El pasado mes de octubre, Colombia se sumó a la lista de los Estados que asumen como una política de país dicha Resolución, convirtiéndose así en el décimo país latinoamericano en trazar una hoja de ruta para cumplir el mandato. Sin las mujeres organizadas de la sociedad civil colombiana este avance sencillamente nunca se hubiera producido.Se trata de un paso formal muy importante porque traslada la responsabilidad de su ejecución al Estado colombiano; no en vano, la R1325 fue la llave que condujo al primer acuerdo de paz del mundo con enfoque de género. En este sentido, un Plan de Acción Nacional significará dar vida al enfoque de género de los acuerdos de paz, pero deberá dotarse de presupuesto, medidas e indicadores genuinamente específicos. Por ahora, el Plan está en fase de formulación.

La Alianza 1325 en Nueva York

Como cada año en el mes de octubre, la Comisión sobre la Situación de la Mujer del Consejo Económico y Social de la ONU se reunió en Nueva york. Se trata de un espacio único intergubernamental que se dedica exclusivamente a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, creado en 1946. Este año, en el marco del aniversario número 23 de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Colombia asumió y presentó su compromiso de diseñar un Plan de Acción 1325.

Junto a la delegación del gobierno estaba una representación de la “Alianza 1325”, una iniciativa de 14 organizaciones de mujeres y feministas que lleva años trabajando con la Resolución en la mano para garantizar paz y seguridad para las mujeres en Colombia, a través de su participación en todos los procesos de paz en curso y de la prevención de la violencia en el marco del conflicto armado.

Como codirectora de la Corporación Humanas Colombia, una de las entidades de la “Alianza 1325”, en Nueva York participó Luz Piedad Caicedo. Al término de la reunión, y una vez de vuelta en Bogotá, Luz Piedad Caicedo habló del encuentro y de la importancia de tener un Plan y recordó que el origen de la 1325, que es la primera resolución de la agenda Mujer, Paz y Seguridad, está en la Cuarta Conferencia de Mujeres de Beijing (1995), donde quedó constancia del impacto que tienen los conflictos armados en la seguridad y la vida de las mujeres. “Ese fue un primer llamado, fue la primera alerta”.

Participación y seguridad: en el ADN de la R1325

En palabras de Luz Piedad Caicedo, en 1995 comenzó “un trabajo de hormiguitas” para llegar hasta el Consejo de Seguridad, el núcleo duro de Naciones Unidas. Aunque hubo organizaciones que consideraron que llegar al corazón de aquel poder no era relevante y se desmarcaron de la R1325. Así que “hubo controversias, se suscitaron discusiones” y hubo divisiones. La Corporación Regional Humanas fue de las que trajinó por los pasillos de la ONU durante años.

Para las organizaciones que abogaron por hacer incidencia en la ONU era importante informar y alertar a los Estados sobre el impacto de las guerras en las mujeres, así como instarlos a actuar para prevenir y proteger a las niñas y las mujeres de la violencia específica cometida contra ellas en los contextos beligerantes. Junto a esta idea central, había otra, dice Luz Piedad Caicedo: “si bien las mujeres son víctimas de manera muy particular, como población civil, también son actoras políticas y no pueden ser dejadas de lado”. Es el verdadero origen de la 1325: erradicación de la violencia de género y participación de las mujeres. “Aquel momento – recuerda – coincidió con la información que llevaban las organizaciones de mujeres africanas a los espacios” donde exponían gravísimas violaciones de derechos humanos y, más concretamente, el uso de la violencia sexual como arma de guerra, al tiempo que reivindicaban las iniciativas de las mujeres en favor de la paz. La R1325 abrió la puerta al desarrollo de la agenda sobre Mujeres, Paz y Seguridad que se fue completando con nueve resoluciones posteriores adoptadas bajo este mismo título.

El acuerdo de paz de Colombia

Aunque esta resolución es de obligado cumplimiento para los Estados, no todos tienen un Plan de Acción para ponerla en marcha. De ahí que las alianzas por país entre organizaciones de mujeres y feministas, académicas, oenegés, etc. son las que acaban por hacer incidencia y vigilancia. Luz Piedad Caicedo concreta el objetivo de los PAN: “Los planes de acción nacional aterrizan los principios globales de la 1325 para cada Estado, que son dos centrales, participación y protección de las mujeres”.

En un Plan de Acción Nacional se deben establecer mecanismos, indicadores, procedimientos, presupuesto, etc. que estén en consonancia con la situación de cada país, por ello se renueva periódicamente. En definitiva, explica la directora de Humanas, el PAN se constituye en una herramienta política y estratégica para avanzar hacia una sociedad que garantice a las mujeres participación, justicia, seguridad y condiciones dignas de vida.

Pressenza: ¿Por qué Colombia necesita un plan de acción si cuenta con un acuerdo de paz con enfoque de género, que además es un referente mundial en este sentido?

Luz Piedad Caicedo: Sí. Primero y único que tiene enfoque de género y medidas concretas. Hay tres razones para responder a la pregunta. Primero, el acuerdo de paz pretender resolver problemas estructurales, por ejemplo el problema agrario, pero no podía. Por más medidas de género, muchos elementos quedan por fuera, por más que plantee que la población debe participar en la toma de decisiones en muchos aspectos. [El acuerdo de paz] No abarca todas las realidades y complejidades de los problemas del país. La segunda razón tiene que ver con que el acuerdo de paz es un planteamiento global, pero no tenía indicadores, ni metas, ni objetivos concretos. De ahí el Plan Marco de Implementación que contiene indicadores, metas y fechas de cumplimento. Pero para las medidas de género los indicadores son fatales, casi que no existen. Y tercera, y más importante, por la cual el PAN era perentorio, es que el gobierno de Duque [Iván Duque fue Presidente de Colombia entre agosto 2018 y agosto 2022] fue nefasto con el acuerdo de paz y dejó en rezago todas las medidas que debían implementarse. Entonces una forma de actualizar y vigorizar el acuerdo para las 14 organizaciones de la Alianza 1325 era tener un Plan de Acción Nacional. Este trabajo empezó antes del gobierno de Petro.

Pressenza: El Plan de Acción entonces es la hoja de ruta que debería poner en marcha las medidas de género que atraviesan los cinco puntos del acuerdo de paz, y avanzar en tener indicadores.

LPC: Sí, y no solo eso, porque el PAN no va a resolver todo, pero puede abarcar aspectos que no fueron considerados [en el acuerdo de paz]. Por ejemplo estamos en un proceso de conversaciones con todos los grupos armados que perduran con los cuales no hay un acuerdo, esta idea de paz total. Ahí debe haber participación de las mujeres. Si ustedes revisan estas nuevas conversaciones, otra vez hay déficit de mujeres y, sobre todo del movimiento de mujeres que tiene componente de planteamientos feministas. Entonces el Plan de la 1325 pone indicadores, institucionalidad y presupuesto o debe llegar ahí, porque está en proceso de formulación.

Pressenza: Una vez que esté aprobado el Plan, comenzará su implementación lo cual tomará unos años, en ese tiempo habrá cambios políticos, entonces ¿Cómo se blinda este plan para asegurar que se lleva a cabo independientemente del gobierno que venga en los próximos años?

LPC: Sí, volvemos a tener el mismo reto que tuvo el acuerdo de paz. Si queda como una política pública, queda establecido y con presupuesto e institucionalidad comprometida, las posibilidades de que se cumpla son altas. La Alianza ha insistido en que es necesario no partir de cero. El primer trabajo que hizo la Alianza fue entregar al equipo responsable de la formulación del Plan de Acción del gobierno un mapeo de la normatividad que tiene en relación con la construcción de paz y la seguridad para las mujeres. De esa manera, le decimos al gobierno: ´mire, ya hay políticas, hay metas, este es el presupuesto asignado, entonces, téngalo en cuenta y articúlelo al PAN´. Además esto permite que las organizaciones de mujeres podamos hacer un seguimiento. Cuando tenemos una gran ramificación de políticas y nada está centralizado, el seguimiento es muy difícil, entonces este mapeo fue muy importante. En el Plan Nacional de Desarrollo, el presupuesto para el PAN no existe. El gobierno le apuesta a hacerlo con recursos de la cooperación, volvemos a tener un vacío enorme y una tendencia histórica en Colombia: que los temas de las mujeres los financian los gobiernos extranjeros o la cooperación, y eso es gravísimo porque no permite una institucionalidad que permanezca. Así que ahí estamos alerta. Y ver cómo amarramos lo que quede en el Plan Nacional de Acción para que se cumpla.

Pressenza: La Resolución 1325 desarrolla la importancia que tienen en procesos de desmovilización, las medidas específicas dirigidas a la participación de mujeres combatientes, para que estas no queden sin participar. En el caso de Colombia ¿cómo han participado las excombatientes de las FARC-EP en el proceso para llegar a tener un PAN? ¿Son parte de la alianza 1325?

LPC: No hacen parte de la Alianza, pero sí de un espacio muy amplio convocado por el gobierno que es el “Comité de impulso” del PAN, del cual también hace parte la Alizanza. Ahí sí, las mujeres en proceso de reincorporación están de manera activa, ahí está CONAMU. Además hubo foros específicos para escuchar a las mujeres que fueron parte de las FARC, en regiones también. Hay que reconocer que el gobierno nacional hizo un proceso participativo muy amplio, por supuesto habrá mujeres que quedaron por fuera, pero la cantidad de foros regionales, temáticos y poblacionales es inédito. Y eso hay que subrayarlo. Precisamente, una de las críticas a [Iván] Duque era que esperaba formular el PAN con una consulta muy pequeña y vertical. Aquí se comenzó bien, de manera adecuada, convocando a todas las mujeres, escuchándolas e intentando que hubiese la mayor diversidad posible.

El proceso llevado a cabo por el gobierno, al que hace referencia la directora de Humanas incluye: 6 macro foros regionales, 7 foros poblacionales y 7 foros territoriales en los que más de 1.500 mujeres participaron de manera activa, brindando aportes que garantizan y reconocen el enfoque de derechos, de género, interseccional, étnico y antirracista.

Pressenza: ¿Cuáles son los siguientes pasos para que Colombia tenga un PAN?

LPC: Seguir aportando documentos que apoyen al gobierno nacional. Después del mapeo, presentaremos un documento con mecanismos concretos sobre el enfoque territorial e interseccional; otro con los temas o las líneas que debería tener el PAN, y otro para hacer el seguimiento. Haremos veeduría a lo que se construya; vigilaremos que tenga asignación de responsabilidades en las instituciones, presupuesto e indicadores, lo ideal es que sean de impacto, y cuando se implemente, vigilaremos que sea transparente y adecuado.

Pressenza: ¿Y cuál podría ser un indicador, sobre qué temas?

LPC: Indicadores para medir temas de seguridad, por ejemplo, los feminicidios; e indicadores para medir la participación de las mujeres, por ejemplo, respecto a la inclusión de sus intereses, si han sido tenidos en cuenta en las políticas.

Por Blanca Diego Vicente. Artículo escrito a partir de la entrevista en Continentes y Contenidos.