A pocos kilómetros de La Merced de Buenos Aires, en la provincia de Imbabura, otra comunidad se ha organizado para defender el maravilloso valle que rodea la localidad de Cahuasquí, donde se han otorgado concesiones a algunas empresas mineras multinacionales para extraer oro y cobre. «Por aquí no entran las empresas», nos dicen los campesinos de la resistencia antiminera frente a un piquete que bloquea la entrada, donde noche y día, desde hace dos años y medio, los pobladores hacen guardia. Algunas carpas de campaña, un fuego encendido, una cadena: el movimiento Conservación de la Vida de Cahuasqui – COVICA – dice estar dispuesto a luchar incluso si llegaran los militares.

La lucha de Cahuasquí cuenta con la colaboración de la Junta parroquial local, nos dicen los activistas, pero ciertamente no con la de las autoridades nacionales. Pero la lucha de la comunidad también pasa por la construcción de economías alternativas, que muestran inmediatamente cómo una zona agrícola puede desarrollarse con la búsqueda de modelos alternativos que respeten la naturaleza.
Este es el ejemplo de la empresa familiar de Bodega Orgánica de Cahuasquí, que desde la pandemia decidió experimentar con la agricultura orgánica, sembrando, produciendo y transformando hierbas medicinales, aromáticas y café. Mañana nuestra Caravana sobre conflictos ambientales continua su recorrido por los territorios del norte del Ecuador, para más adelante, seguir camino hacia el sur.
Texto: Davoli Chiara,  De Rosa Francesca,  Natella Lorenzo 
Fotografías: Chiara Davoli
Caravana de Activistas de Roma