Por Edgar Chacón Morales

Poner énfasis en la paz, implica poner énfasis en lo que está en su contra: en este caso la violencia, la guerra.

Todas las agresiones a la población civil, fundamentalmente contra niñas, niños y personas con alguna discapacidad, vengan de dónde vengan, son condenables y debe lucharse por evitarlas.

Hay muchas “razones” para “justificar” acciones de guerra: económicas, políticas, culturales, religiosas, étnicas.

Los bonos de Estados Unidos, las simpatías internas de Netanyahu y el Likud, o que Zelensky ya no se justifica. Ninguna es válida. Hasta a la miseria humana pretende acudirse.

En esta línea de pensamiento, hay cuestiones causales, que por sus consecuencias inmediatas; y porque sus justificaciones no se sostienen, no puede dejar de ponérseles la atención debida.

Integrando voces

Compartimos las palabras de la señora Ione Belarra Urteaga, ministra de derechos sociales de España:

“No somos indiferentes al atroz sufrimiento que el pueblo palestino lleva viviendo durante décadas.

Hoy queremos alzar nuestra voz, para denunciar que el Estado de Israel está llevando a cabo un genocidio planificado en la franja de Gaza; dejando sin luz, sin comida y sin agua a cientos de miles de personas y llevando a cabo bombardeos sobre población civil que, son un castigo colectivo; incumplen gravemente el derecho internacional y pueden considerarse crímenes de guerra.

Ante esto, Estados Unidos y la Unión Europea, no es sólo que miren hacia otro lado; es que están jaleando al Estado de Israel en su política de apartheid y de ocupación que vulnera gravemente los derechos Humanos.

Usar los terribles asesinatos de civiles israelíes, por parte de las facciones armadas palestinas, como excusa para justificar los crímenes de Israel en general y la masacre en Gaza en particular, es algo absolutamente inaceptable.

El Estado de Israel, su primer ministro y su partido, han reconocido en numerosas ocasiones que promocionaron a Hamás para debilitar a los sectores laicos de la resistencia palestina.

Usar a Hamás como una excusa para asesinar millares de civiles palestinos, incluidos niños y niñas, es de una hipocresía incalificable, tanto por parte de Israel, como de los países que le justifican.

Solicitamos a nuestro socio, el Partido Socialista que trabajemos juntos, para presentar desde el gobierno de España, una petición ante la fiscalía de la corte Penal internacional, para que se investiguen los crímenes de guerra cometidos en Palestina por Netanyahu, así como los perpetrados por Hamás en Israel y los territorios ocupados contra población civil.

La Unión Europea debe dejar de ser cómplice de un criminal de guerra como Netanyahu, actuar con autonomía y cambiar sus discursos y sus acciones. Para ello es urgente reconocer públicamente que lo que estamos viendo en Gaza, son crímenes de guerra y que las vidas de los palestinos y las palestinas importan.

Israel tiene que sentir la presión internacional, para que ponga fin a los bombardeos, mediante todas las medidas que estén a nuestro alcance, como el embargo de armas o las sanciones a los responsables de los ataques.

La Unión Europea debe desplegar todos sus esfuerzos diplomáticos para terminar con la ocupación y el apartheid por parte de Israel sobre Palestina, que es la causa profunda del conflicto que se expresa en el día de hoy.

La Unión Europea puede y debe buscar la complicidad de países que tengan capacidad de interlocución con todos los actores del conflicto, para promover una salida negociada que asegure una paz justa, duradera y estable en la Región. Solo así, vamos a poder proteger todas las vidas a ambos lados”.

El testimonio de un judío:

“Porque somos judíos nos oponemos al sionismo, al Estado de Israel y a la totalidad de la ocupación.

Es directamente contrario a cada concepto, a cada ley de la Torá, del judaísmo. (Canal red)

Formidable la maquinaria de la guerra, “es un monstruo grande y pisa fuerte”, máxime cuando los que suenan ya no son “tambores” sino portaaviones de guerra; videojuegos de la guerra; productos hollywoodenses de guerra; y peor aún premios Nóbel ¿de la paz? que más bien son premios a los traficantes de la guerra; como el que le dieron a Kissinger en su momento y a Obama en el respectivo.

Construir el camino de la paz es impostergable. La paz sólo llegará cuando la promoción de la paz y sus actos tenga más acogida y asiento que, la propaganda y el abrazo a la guerra.

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